Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos. Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos. Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia. Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio. Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios. Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas. Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro. Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos. Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas. Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos. Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido. Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras. Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción. Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias. Manifiesto Zapatista - Emiliano Zapata Salazar - Guerrillero Mexicano , creador del EZLN ( Ejercito Zapatista de Liberaciòn Nacional)
domingo, 16 de diciembre de 2007
jueves, 13 de diciembre de 2007
Emiliano Zapata - Revolucionario del Siglo XX
Emiliano Zapata Salazar nació en Anenecuilco, el 8 de agosto de 1879 en el seno de una familia de pequeños propietarios de tierras, pero ante su pobreza, la familia Zapata diversificó sus actividades, encaminándolas a la pequeña ganadería. De ese modo los animales les permitieron autonomía de la hacienda azucarera vecina.
Zapata siguió la educación primaría en la escuela de la aldea. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. El patrimonio que heredó fue reducido, pero suficiente para no tener que emplearse como peón en alguna de las ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco.
De 1902 a 1905, auxiliando al pueblo de Yautepec que tenía problemas con el hacendado Pablo Escandón, los acompañó a la ciudad de México, donde acudían ante las diferentes dependencias públicas para pedir se les hiciera justicia.
El 15 de abril de 1906, los habitantes de Anenecuilco enviaron un escrito al gobernador del estado planteándole sus problemas con las tierras, y éste convocó una reunión, a la que asistieron representantes del pueblo de Villa de Ayala y de Anenecuilco, entre los que se encontraba Emiliano Zapata.
En 1909 Zapata apoyó a Patricio Leyva en las elecciones para gobernador del estado, enfrentándose al hacendado Pablo Escandón, que ganó las elecciones.
El 12 de septiembre de ese año fue elegido en asamblea representante de su pueblo para seguir la lucha por la restitución de las tierras. Al terminar la misma, le hicieron entrega de los documentos de la comunidad.
En 1910 repartió las tierras del llano de Huajar, que los de Villa de Ayala ya iban a sembrar con el permiso de la hacienda del Hospital. A fines de año volvió a repartir tierras en Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
No participó de manera activa en la campaña presidencial de Francisco I. Madero, pero cuando éste promulgó el Plan de San Luis, en cuyo contenido se manifestaba la restitución de tierras a las comunidades campesinas despojadas, inmediatamente se aprestó a apoyarlo.
Participó en una reunión secreta para elegir a un representante que se entrevistara con Madero y le pidiera instrucciones sobre los pasos a seguir. A su regreso trajo las instrucciones de nombrar a Patricio Leyva líder del movimiento insurreccional.
Se alzaron en armas el 10 de marzo de 1911 en Villa de Ayala, y formaron la primera guerrilla con 70 hombres. Días más tarde tomaron Jojutla.
El 29 de marzo asumió el mando de las fuerzas maderistas y tomó Axochiapan, luego asaltó la hacienda de Chinameca, tomó Jonacatepec, sitió Cuautla, entonces defendida por lo más selecto del ejército porfirista.
Siete días más tarde, Porfirio Díaz se embarcaba en Veracruz en el Ipiranga para dirigirse a Europa y el 27 de mayo Zapata entró con 5.000 hombres en Cuernavaca.
El 2 de junio y el gobierno federal designó un gobernador provisional del estado sin que Zapata estuviera de acuerdo. Esto hizo que el día 6 se trasladara a la ciudad de México con los principales jefes guerrilleros para entrevistarse con Madero.
Se inicia así el largo debate de la revolución, sobre dos ejes fundamentales: los hacendados querían desarmar a toda costa a la guerrilla y ésta quería las tierras para los campesinos. Además se negociaba también el nombramiento del gobernador del estado y el control sobre la policía, que Zapata exigía que se reclutara entre las fuerzas guerrilleras. En esas negociaciones, Madero tuvo que viajar varias veces a Morelos a entrevistarse con los dirigentes guerrilleros y, a la inverso, también acudió Zapata varias veces a Ciudad de México para lo mismo.
Los hacendados comenzaron una campaña de intoxicación en la prensa en contra de Zapata, a quien hacían aparecer como un bandido a quien había que exterminar. Mientras Zapata desmovilizaba sus tropas y entregaba 3.500 armas, en la ciudad de México le lanzaban acusaciones de haberse levantado nuevamente en armas.
El 9 de agosto el presidente Francisco León de la Barra dió instrucciones al general Victoriano Huerta para que marchara al estado y terminara por la fuerza con el desarme de las tropas zapatistas porque no debían tratar con bandidos. La movilización que se inició el 19 de agosto. Zapata le dijo entonces a Madero que con las mismas armas que lo elevaron, lo derrocarían. Madero trató de contemporizar y Zapata le dijo que mientras se siga desarmando a los elementos revolucionarios y se les dé apoyo a las fuerzas federales, la revolución y usted mismo están en peligro. Claro vemos que cada día se entrega usted más en manos de los enemigos de la revolución.
Zapata concentró sus tropas en Villa de Ayala y lanzó un Manifiesto al Pueblo de Morelos, donde exponía la gravedad del problema. Como respuesta a este desafío, el 29 de agosto el presidente León de la Barra celebró un Consejo de Ministros donde se acordó que Victoriano Huerta activara la persecución de Zapata hasta lograr su exterminio.
Huerta ocupó con sus fuerzas la plaza de Cuautla el 31 de agosto; el 12 de septiembre atacó la hacienda de Chinameca, donde se encontraba Zapata, que logró escapar.
Entonces pasó a la ofensiva y sus fuerzas ocuparon Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo en el valle de México, y avanzaron sobre Milpa Alta.
La ofensiva causó alarma en la ciudad de México, y la Cámara de Diputados los consideró de importancia nacional.
En octubre se logró la firma del Plan de Ayala y, el 30 de abril del siguiente año Zapata lanzó la primera reivindicación agraria en el pueblo de Ixcamilpa, Puebla.
En enero de 1912, Madero nombró al General Juvencio Robles jefe de la campaña, que incendió y devastó el estado.
Después del asesinato de Madero, tras el golpe de Estado que instaló a Huerta en el poder, Zapata ordenó batir a las fuerzas golpistas.
Por su parte, Huerta emprendió una campaña en el sur para tratar de destruir a las fuerzas revolucionarias.
Emiliano Zapata lanzó otro manifiesto a la nación el 20 de octubre, donde justificaba su actitud rebelde y hacía un llamamiento a todos los mexicanos para que se unieran a la Revolución.
Las fuerzas zapatistas tomaron Chiautla, en el estado de Puebla; casi todo Guerrero, incluyendo Chilpancingo; todo Morelos con su capital, Cuernavaca; parte de Hidalgo incluyendo Pachuca; parte del Estado de México y el sur del Distrito Federal.
El 14 de julio de 1914 los revolucionarios se reunieron en San Pablo Oxtotepec, ratificaron el Plan de Ayala, nombraron a Zapata dirigente de la revolución y pidieron que el Plan Ayala fuera incluido en la nueva Constitución.
Huerta fracasó en su plan para aplastar a la revolución. El 15 de julio renunció y algo después subió al poder el general Venustiano Carranza quien, después de ocupar la ciudad de México el 14 de agosto, declaró que tenía 60 mil rifles para combatir a Zapata y que no permitiría su entrada en la capital porque era un bandido. Se negó a acatar el Plan Ayala y anifestó que la paz sólo se hacía con la sumisión incondicional de las fuerzas zapatistas a las constitucionalistas, y que los hacendados tenían sus derechos sancionados por las leyes y no era posible quitarles sus propiedades para darlas a quien no tenía derecho.
Zapata lanzó otro manifiesto Al Pueblo Mexicano, donde reiteró que la Revolución no se había hecho para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurarse un pedazo de tierra que habría de proporcionarle alimento.
Carranza convocó a una Convención en la Cámara de Diputados de la ciudad de México el 1 de octubre de 1914, pero se suspendió para que participaran en ella los zapatistas y villistas.
Los revolucionarios designaron una comisión para que asistiera a la Convención en Aguascalientes, con instrucciones precisas de luchar hasta conseguir que la asamblea hiciera suyos los principios sostenidos por el Ejército Libertador del Sur y lograron que la Convención hiciera suyos los postulados del Plan de Ayala.
El 30 de octubre la Convención acordó el cese de Carranza como Primer jefe, designando a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de la República. El 24 de noviembre por la noche se apoderaron de la capital de la República las fuerzas del Ejército Libertador del Sur, al mando del General Antonio Barona, obligando al General Obregón a abandonarla.
El 4 de diciembre se reunieron por primera vez los generales Emiliano Zapata y Pancho Villa en Xochimilco, Distrito Federal, donde suscribieron un pacto por el cual se comprometieron a luchar juntos en contra de Carranza, y desfilaron por las principales calles de la capital, al frente del Ejército Libertador del Sur y de la División del Norte, respectivamente.
Para cumplir lo dispuesto en los artículos 6 y 7 del Plan de Ayala, Zapata creó las primeras Comisiones Agrarias; estableció el Crédito Agrícola; fundó la Caja Rural de Préstamos que funcionó con éxito en el estado de Morelos durante 1915 y 1916; y reorganizó la industria azucarera.
El 22 de octubre de 1915 el gobierno de la Convención promulgó una Ley Agraria.
El General Zapata lanzó un Manifiesto al Pueblo Mexicano, en Quilamula el 10 de julio de 1916, donde hacía responsable a Carranza de la Expedición Punitiva y llamaba a la unidad nacional para acabar con los traidores. En 1917, el ejército agrarista finalmente logró expulsar a las tropas carrancistas de los estados de Morelos y Guerrero, donde continuó trabajando por la implantación de los postulados del Plan de Ayala.
El 20 de abril lanzó otro Manifiesto al Pueblo, donde señaló los errores del gobierno carrancista y exhortó a los revolucionarios y a los mexicanos en general a unirse a su movimiento. El 20 de mayo lanzó otro manifiesto donde decía que la caída del gobierno carrancista era una exigencia; reafirmaba la liberación de la tierra y, la emancipación del campesino, sin capataces ni amos. Calificó a los soldados carrancistas de aventureros sin escrúpulos ni conciencia, de no hombres sino furiosos adversarios sin bandera ni principios, que tenían como programa el pillaje y como ideales el saqueo y el botín.
El 18 de agosto de 1918, los carrancistas se apoderaron nuevamente de las plazas principales del estado. Las actividades militares en forma de guerrillas se redoblaron y gracias a eso los carrancistas no pudieron expulsar al jefe de la revolución agraria, quien trasladó su cuartel general a las estribaciones del Popocatépetl.
En ese año, el movimiento zapatista atravesó por graves circunstancias; no solo tuvo que enfrentar a las tropas constitucionalistas, sino que se suscitaron algunas divisiones y deserciones. Algunos aceptaron la amnistía que les ofrecía el gobierno, e incluso llegaron a enfrentarse a sus ex compañeros de lucha. El zapatismo perdió terreno, posiciones y hombres.
A pesar de su notoria debilidad, seguía siendo uno de los principales problemas del gobierno de Carranza. El mayor desafío de Emiliano Zapata al régimen carrancista la constituyó su carta abierta del 17 de marzo de 1919, en la que acusaba públicamente al Presidente de ser la causa de todos los males que sufría el país.
El 10 de abril de 1919 asesinaron a Zapata pero la revolución no cejaba y, si bien muchos hombres dejaron las armas, otros como Gildardo Magaña hicieron público su afán de consumar los ideales por los que tantos años habían luchado y vengar la muerte de Zapata.
El movimiento agrario morelense no fue finiquitado por la desaparición de su dirigente y se mantuvo en rebeldía hasta 1920, en que estableció una alianza con la facción revolucionaria obregonista, que triunfó en la rebelión de Agua Prieta.
El actual EZLN no sólo no ha seguido el ejemplo del gran revolucionario mexicano, sino que ha tratado de prostituir su memoria, y atraerse a los campesinos pobres de Chiapas para sus sucios manejos.
Zapata siguió la educación primaría en la escuela de la aldea. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. El patrimonio que heredó fue reducido, pero suficiente para no tener que emplearse como peón en alguna de las ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco.
De 1902 a 1905, auxiliando al pueblo de Yautepec que tenía problemas con el hacendado Pablo Escandón, los acompañó a la ciudad de México, donde acudían ante las diferentes dependencias públicas para pedir se les hiciera justicia.
El 15 de abril de 1906, los habitantes de Anenecuilco enviaron un escrito al gobernador del estado planteándole sus problemas con las tierras, y éste convocó una reunión, a la que asistieron representantes del pueblo de Villa de Ayala y de Anenecuilco, entre los que se encontraba Emiliano Zapata.
En 1909 Zapata apoyó a Patricio Leyva en las elecciones para gobernador del estado, enfrentándose al hacendado Pablo Escandón, que ganó las elecciones.
El 12 de septiembre de ese año fue elegido en asamblea representante de su pueblo para seguir la lucha por la restitución de las tierras. Al terminar la misma, le hicieron entrega de los documentos de la comunidad.
En 1910 repartió las tierras del llano de Huajar, que los de Villa de Ayala ya iban a sembrar con el permiso de la hacienda del Hospital. A fines de año volvió a repartir tierras en Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
No participó de manera activa en la campaña presidencial de Francisco I. Madero, pero cuando éste promulgó el Plan de San Luis, en cuyo contenido se manifestaba la restitución de tierras a las comunidades campesinas despojadas, inmediatamente se aprestó a apoyarlo.
Participó en una reunión secreta para elegir a un representante que se entrevistara con Madero y le pidiera instrucciones sobre los pasos a seguir. A su regreso trajo las instrucciones de nombrar a Patricio Leyva líder del movimiento insurreccional.
Se alzaron en armas el 10 de marzo de 1911 en Villa de Ayala, y formaron la primera guerrilla con 70 hombres. Días más tarde tomaron Jojutla.
El 29 de marzo asumió el mando de las fuerzas maderistas y tomó Axochiapan, luego asaltó la hacienda de Chinameca, tomó Jonacatepec, sitió Cuautla, entonces defendida por lo más selecto del ejército porfirista.
Siete días más tarde, Porfirio Díaz se embarcaba en Veracruz en el Ipiranga para dirigirse a Europa y el 27 de mayo Zapata entró con 5.000 hombres en Cuernavaca.
El 2 de junio y el gobierno federal designó un gobernador provisional del estado sin que Zapata estuviera de acuerdo. Esto hizo que el día 6 se trasladara a la ciudad de México con los principales jefes guerrilleros para entrevistarse con Madero.
Se inicia así el largo debate de la revolución, sobre dos ejes fundamentales: los hacendados querían desarmar a toda costa a la guerrilla y ésta quería las tierras para los campesinos. Además se negociaba también el nombramiento del gobernador del estado y el control sobre la policía, que Zapata exigía que se reclutara entre las fuerzas guerrilleras. En esas negociaciones, Madero tuvo que viajar varias veces a Morelos a entrevistarse con los dirigentes guerrilleros y, a la inverso, también acudió Zapata varias veces a Ciudad de México para lo mismo.
Los hacendados comenzaron una campaña de intoxicación en la prensa en contra de Zapata, a quien hacían aparecer como un bandido a quien había que exterminar. Mientras Zapata desmovilizaba sus tropas y entregaba 3.500 armas, en la ciudad de México le lanzaban acusaciones de haberse levantado nuevamente en armas.
El 9 de agosto el presidente Francisco León de la Barra dió instrucciones al general Victoriano Huerta para que marchara al estado y terminara por la fuerza con el desarme de las tropas zapatistas porque no debían tratar con bandidos. La movilización que se inició el 19 de agosto. Zapata le dijo entonces a Madero que con las mismas armas que lo elevaron, lo derrocarían. Madero trató de contemporizar y Zapata le dijo que mientras se siga desarmando a los elementos revolucionarios y se les dé apoyo a las fuerzas federales, la revolución y usted mismo están en peligro. Claro vemos que cada día se entrega usted más en manos de los enemigos de la revolución.
Zapata concentró sus tropas en Villa de Ayala y lanzó un Manifiesto al Pueblo de Morelos, donde exponía la gravedad del problema. Como respuesta a este desafío, el 29 de agosto el presidente León de la Barra celebró un Consejo de Ministros donde se acordó que Victoriano Huerta activara la persecución de Zapata hasta lograr su exterminio.
Huerta ocupó con sus fuerzas la plaza de Cuautla el 31 de agosto; el 12 de septiembre atacó la hacienda de Chinameca, donde se encontraba Zapata, que logró escapar.
Entonces pasó a la ofensiva y sus fuerzas ocuparon Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo en el valle de México, y avanzaron sobre Milpa Alta.
La ofensiva causó alarma en la ciudad de México, y la Cámara de Diputados los consideró de importancia nacional.
En octubre se logró la firma del Plan de Ayala y, el 30 de abril del siguiente año Zapata lanzó la primera reivindicación agraria en el pueblo de Ixcamilpa, Puebla.
En enero de 1912, Madero nombró al General Juvencio Robles jefe de la campaña, que incendió y devastó el estado.
Después del asesinato de Madero, tras el golpe de Estado que instaló a Huerta en el poder, Zapata ordenó batir a las fuerzas golpistas.
Por su parte, Huerta emprendió una campaña en el sur para tratar de destruir a las fuerzas revolucionarias.
Emiliano Zapata lanzó otro manifiesto a la nación el 20 de octubre, donde justificaba su actitud rebelde y hacía un llamamiento a todos los mexicanos para que se unieran a la Revolución.
Las fuerzas zapatistas tomaron Chiautla, en el estado de Puebla; casi todo Guerrero, incluyendo Chilpancingo; todo Morelos con su capital, Cuernavaca; parte de Hidalgo incluyendo Pachuca; parte del Estado de México y el sur del Distrito Federal.
El 14 de julio de 1914 los revolucionarios se reunieron en San Pablo Oxtotepec, ratificaron el Plan de Ayala, nombraron a Zapata dirigente de la revolución y pidieron que el Plan Ayala fuera incluido en la nueva Constitución.
Huerta fracasó en su plan para aplastar a la revolución. El 15 de julio renunció y algo después subió al poder el general Venustiano Carranza quien, después de ocupar la ciudad de México el 14 de agosto, declaró que tenía 60 mil rifles para combatir a Zapata y que no permitiría su entrada en la capital porque era un bandido. Se negó a acatar el Plan Ayala y anifestó que la paz sólo se hacía con la sumisión incondicional de las fuerzas zapatistas a las constitucionalistas, y que los hacendados tenían sus derechos sancionados por las leyes y no era posible quitarles sus propiedades para darlas a quien no tenía derecho.
Zapata lanzó otro manifiesto Al Pueblo Mexicano, donde reiteró que la Revolución no se había hecho para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurarse un pedazo de tierra que habría de proporcionarle alimento.
Carranza convocó a una Convención en la Cámara de Diputados de la ciudad de México el 1 de octubre de 1914, pero se suspendió para que participaran en ella los zapatistas y villistas.
Los revolucionarios designaron una comisión para que asistiera a la Convención en Aguascalientes, con instrucciones precisas de luchar hasta conseguir que la asamblea hiciera suyos los principios sostenidos por el Ejército Libertador del Sur y lograron que la Convención hiciera suyos los postulados del Plan de Ayala.
El 30 de octubre la Convención acordó el cese de Carranza como Primer jefe, designando a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de la República. El 24 de noviembre por la noche se apoderaron de la capital de la República las fuerzas del Ejército Libertador del Sur, al mando del General Antonio Barona, obligando al General Obregón a abandonarla.
El 4 de diciembre se reunieron por primera vez los generales Emiliano Zapata y Pancho Villa en Xochimilco, Distrito Federal, donde suscribieron un pacto por el cual se comprometieron a luchar juntos en contra de Carranza, y desfilaron por las principales calles de la capital, al frente del Ejército Libertador del Sur y de la División del Norte, respectivamente.
Para cumplir lo dispuesto en los artículos 6 y 7 del Plan de Ayala, Zapata creó las primeras Comisiones Agrarias; estableció el Crédito Agrícola; fundó la Caja Rural de Préstamos que funcionó con éxito en el estado de Morelos durante 1915 y 1916; y reorganizó la industria azucarera.
El 22 de octubre de 1915 el gobierno de la Convención promulgó una Ley Agraria.
El General Zapata lanzó un Manifiesto al Pueblo Mexicano, en Quilamula el 10 de julio de 1916, donde hacía responsable a Carranza de la Expedición Punitiva y llamaba a la unidad nacional para acabar con los traidores. En 1917, el ejército agrarista finalmente logró expulsar a las tropas carrancistas de los estados de Morelos y Guerrero, donde continuó trabajando por la implantación de los postulados del Plan de Ayala.
El 20 de abril lanzó otro Manifiesto al Pueblo, donde señaló los errores del gobierno carrancista y exhortó a los revolucionarios y a los mexicanos en general a unirse a su movimiento. El 20 de mayo lanzó otro manifiesto donde decía que la caída del gobierno carrancista era una exigencia; reafirmaba la liberación de la tierra y, la emancipación del campesino, sin capataces ni amos. Calificó a los soldados carrancistas de aventureros sin escrúpulos ni conciencia, de no hombres sino furiosos adversarios sin bandera ni principios, que tenían como programa el pillaje y como ideales el saqueo y el botín.
El 18 de agosto de 1918, los carrancistas se apoderaron nuevamente de las plazas principales del estado. Las actividades militares en forma de guerrillas se redoblaron y gracias a eso los carrancistas no pudieron expulsar al jefe de la revolución agraria, quien trasladó su cuartel general a las estribaciones del Popocatépetl.
En ese año, el movimiento zapatista atravesó por graves circunstancias; no solo tuvo que enfrentar a las tropas constitucionalistas, sino que se suscitaron algunas divisiones y deserciones. Algunos aceptaron la amnistía que les ofrecía el gobierno, e incluso llegaron a enfrentarse a sus ex compañeros de lucha. El zapatismo perdió terreno, posiciones y hombres.
A pesar de su notoria debilidad, seguía siendo uno de los principales problemas del gobierno de Carranza. El mayor desafío de Emiliano Zapata al régimen carrancista la constituyó su carta abierta del 17 de marzo de 1919, en la que acusaba públicamente al Presidente de ser la causa de todos los males que sufría el país.
El 10 de abril de 1919 asesinaron a Zapata pero la revolución no cejaba y, si bien muchos hombres dejaron las armas, otros como Gildardo Magaña hicieron público su afán de consumar los ideales por los que tantos años habían luchado y vengar la muerte de Zapata.
El movimiento agrario morelense no fue finiquitado por la desaparición de su dirigente y se mantuvo en rebeldía hasta 1920, en que estableció una alianza con la facción revolucionaria obregonista, que triunfó en la rebelión de Agua Prieta.
El actual EZLN no sólo no ha seguido el ejemplo del gran revolucionario mexicano, sino que ha tratado de prostituir su memoria, y atraerse a los campesinos pobres de Chiapas para sus sucios manejos.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Pueblos Originarios Argentinos - Los Pampas
La designación de "pampas" a los aborígenes que poblaban la pampa no fue auto impuesta, sino que les vino impuesta por los españoles. El vocablo no siquiera es de su idioma, sino quechua, y significa "llanura". Es decir que se llamó pampas a todos los indios que habitaban ese territorio geográfico conocido como pampa, a pesar de que pertenecían a distintas culturas.
En su origen eran cazadores de venados, ñandúes y guanacos. También eran recolectores de frutos y semillas silvestres, que molían para hacer harina. Se vestían con una manta llamada patagónica o quillango.
Eran individuos de alta estatura, algo más que la mediana europea, morenos y de cuerpos robustos, de cabeza alargada alta y maciza. Sus vestidos, según un cronista (1643) "es una pampanilla que usan por la decencia y un pellón que le sirve de capa larga, todo lo demás del cuerpo desnudo". La pampanilla era prenda femenina, los hombres usaban taparrabo en forma triangular, ambos de cuero de distintos animales, pero especialmente de zorro, guanaco o nutria cocidos entre sí, posteriormente se usó el cuero de caballo que una vez sobado lo usaban hombres y mujeres.
Solían pintar su rostro y cuerpo de diferentes colores. Los viudos y en especial las viudas se pintaban la cara de negro en señal de duelo. No se ha señalado el uso de tatuaje. Según el padre Rosales (1666) en algunos lugares cubrían su cuerpo con arcilla mezclada con hierbas como defensa del sol y los mosquitos.
La vivienda de los Pampas primitivos es el típico toldo de la llanura que persiste en siglos posteriores. Cuando escaseaba el ganado en la Pampa se utilizaba en su construcción ramas y otros materiales deleznables. El padre Ovalle (1643) dice: "en un instante con cuatro palillos, una media ramada mal cubierta con algunas ramas y yerbas o algún cuero de vaca o caballo o de tres animales antiguos Pampas".
Sus armas fueron la boleadora, el arco y la flecha, algunos misioneros citan el uso de la honda. Las boleadores de estos indios eran de dos bolas con surco, atadas con un tiento de cuero, de unos diez pies de largo, una de ellas más pequeña que servía de manijera. También se cita la boleadora retobada en cuero. Las puntas de flechas las hacían de pedernal, cuarzo y ópalo, materiales que se encuentran en todos los paraderos de la zona, aún cuando no sean del lugar. También es frecuente encontrarlas de madera.
La industria de la piedra alcanzó gran importancia empleándose la técnica de la piedra tallada o de la piedra pulida. El indígena tomaba un canto rodado o un trozo de roca de las citadas y que constituía el núcleo, lo apoyaba sobre otra piedra que servía de yunque, o tomado fuertemente en la mano, sobre uno de sus lados más planos aplicaba un fuerte golpe con otro canto rodado que constituía el percutor. De esta manera iba desprendiendo del núcleo las llamadas láminas que retocadas y trabajadas con pequeños golpes y presiones originaban raspadores, cuchillos y puntas de flechas. Para los objetos de piedra pulida realizaban un trabajo similar que luego pulían con otra roca dura. Para las superficies esféricas perfectamente pulidas, tales como boleadoras y cabezas de hachas, el pulimento se hizo dentro de cavidades esféricas de rocas o pequeños morteros al efecto. Otros objetos de piedra característicos son:
Perforadores: Pequeñas piedras con punta aguda que usaban para perforar y luego coser los cueros.
Raspadores: Especie de cuchillos con filo por un solo lado, servía para descarnar los cueros.
Sobadores: Piedras cónicas con un fuerte ensanchamiento en su base, servía para sobar los cueros secos.
Morteros: Los granos eran reducidos a harina en morteros de piedra, los hay de varios tipos. Durante los primeros años de la colonia, los españoles continuaron usando este procedimiento. Las manos de estos morteros se hicieron con piedras alargadas que en algunos casos han sido perfectamente pulidas hasta cilindradas.
Las conanas eran también destinadas a la molienda de granos, se construían de lajas, aplanadas que con el uso adquirieron una concavidad en su parte media, en algunos casos, su continuo uso llegó a perforar la conana.
En los últimos tiempos los Pampas conocerían también la alfarería que habían adoptado de los pueblos vecinos. Al adoptar el caballo dejarían de hacer cerámica. Pues la alfarería no suele ser de mucho provecho. En cambio la cestería se practicaba intensamente haciendo cestos tan apretados que podían contener agua en ellas.
Los pampas eran grandes caminadores y tragadores de leguas. De esa cualidad física nos dan cuenta los primeros conquistadores que entraron en contacto con ellos. La caza se realizaba a pie, siguiendo a los animales hasta cansarlos, pasando en ello dos o tres días sin parar. En estas cacerías no tomaban agua ni comían, solo bebían la sangre de los animales que cazaban.
Los Pampas eran por naturaleza nómades. El padre Ovalle, que en la primera mitad del siglo XVII atravesara la Pampa en dos ocasiones, describe en esta forma el nomadismo de nuestros indios: "...juzgan por el mayor bien de todos el absoluto y libre albedrío: Vivir hoy en este lugar, mañana en el otro, ahora me da gusto gozar de la rivera y frescura de este río y en cansándome de él paso a otro, quiero vivir un poco en los bosques y soledades, y dándome el gusto sus sombras salgo a los alegres prados y valles, aquí me entretiene la caza, allá la pesca, aquí gozo de la fruta que lleva esta tierra y en acabándoseme me paso a otra, donde comienzan a madurar los que ella lleva, voy donde quiero sin dejar en ninguna parte prenda que me tire, que suelen ser espinas que de lejos atormenta, no temo malas nuevas porque no dejo atrás cosa que pueda perder, conmigo lo llevo todo, y con mi mujer y mis hijos, que me siguen donde voy no me falta nada".
Fuera de la carne de los animales que cazaban los Pampas, se alimentaban también de la recolección de productos agrestes de origen animal y vegetal. El padre Ovalle nos cuenta que pegaban fuego a los pajonales cuando en ellos había mucha langosta y así la tostaban. Luego la molían y hacían con su pasta una especie de pan. Preparaban bebidas fermentadas y usaban el cebil masticando sus hojas, como en el altiplano la coca. No nos ha llegado noticia del uso del tabaco o similares.
La vida espiritual de estos indígenas se reducía a algunas danzas de carácter ritual de las cuales no hay referencias concretas. Vivían agrupados en pequeñas tribus independientes unas de otras, con caciques cuya autoridad y origen nada se sabe.
De sus ideas religiosas poco en concreto se sabe. Creían en Soichu, antes de todo lo bueno, venerada sin culto ni ceremonia aparente; y Gualichu que era la causa de toda adversidad, sequías, denotas, enfermedad. Cada aldea tenía su mago o shaman y cuando éste asistía a algún enfermo llevaba en su boca algo nauseabundo que luego de chupar el cuerpo del enfermo escupía y decía que ello era la causa del mal que acababa de extraer.
Los Araucanos, es el último elemento indígena que se estableció en el país, en un proceso no muy bien estudiado. Habitaban primitivamente Chile, con la conquista y colonización española de la parte Norte y Central del país se refugiaron al Sur del mismo y de allí a través de los pasos cordilleranos llegaron al territorio argentino. Esta infiltración comenzó dos siglos atrás por lo que puede decirse que es relativamente reciente. Los Araucanos de Chile, para sostener sus guerras necesitaban del caballo de nuestras llanuras y Los Pampas se los proveían por intermediarios y tenían una tribu que habitaba las montañas, Los Puelches, que fueron los primeros en sufrir la influencia araucana. La expansión araucana se extendió posteriormente a nuestras pampas. El primer dato concreto sobre los Araucanos en el país se obtiene en 1708. En esa fecha hubo una concentración de indios de tal origen, en el lugar llamado Las Pulgas, hoy Mercedes. La reunión tuvo consecuencias y de la investigación realizada por las autoridades consta que algunos caciques Puelches habían traído "aucáes" e indios de la guerra de Chile.
Al comienzo, los Araucanos constituyeron núcleos aislados, a veces rivales, pero una vez dominado todo el territorio, se unieron, aunque no formaron una sola nación con un jefe único. Se formaron cuatro grupos Araucanos principales. Los Puelches que ocupaban la parte de la cordillera y el espacio que media entre el norte del río Diamante y el Limay por el sur. Seguidamente, al este del Salado, estaban los Ranqueles. Eran los ocupantes de la región del monte. Su centro principal era Lebucó. Con sus famosos caciques Yanquetruz y Painé. Al este y al sur de los anteriores estaba el Grupo de las Salinas Grandes. Vivían junto a las lagunas o cursos de agua, donde disponían sus toldos, y éstos eran de forma cuadrangular.
¿Qué es lo que sucedió con los antiguos Pampas?
Según Rubén GUAMAN CARRASCO, aquellos que dominaban esa vasta llanura de la provincia de Buenos Aires y La Pampa Seca, aquellos que conocieron los fundadores de la ciudad de Buenos Aires, aquella raza india tan antigua no tenía nada que ver con los (llamados pampas) que exterminó el general Roca en 1879. Sucedió que a principios del 1800, la antigua población pampa que hasta entonces dominara en la inmensa llanura comenzó a desaparecer, siendo reemplazada por otra de caracteres distintos y de estirpe Araucana o Mapuche. Tanto por tradición como por tener el mismo hábitat de la antigua, la población nueva siguió siendo llamada "Pampa" por los vecinos de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y San Luis, asentadas en la periferia de sus dominios. Dos cosas favorecieron la perduración del nombre. Primero que eran poblaciones nómades sin asiento fijo (es bueno recordar que este fenómeno de sustitución étnica acá en nuestro país se llamó Araucanización de la pampa y Patagonia). El segundo, que la sustitución étnica de nuestros pampas originales fue un proceso gradual, apenas perceptible. Al principio, los mapuches estaban en su hábitat del Neuquén y río Negro, es evidente que la necesidad por el ganado cimarrón y los caballos llevó a ese pueblo a emigrar hacia la provincia de Buenos Aires y La Pampa. Finalmente los escasos restos de la antigua población pampa se fueron diluyendo en el siglo XVIII en la masa inmigratoria siempre creciente de la nueva población Araucana o Mapuche. Otro motivo del desconocimiento del fenómeno de la sustitución, la dio el hecho que la antigua población blanca de la ciudad no frecuentaba las inmensidades de la pampa; es por eso que la sustitución de la vieja población pampa por la nueva de origen mapuche se produjo lejos de los ojos de los vecinos de las ciudades. Lo que sí percibían estos vecinos era que, cuando tenían que penetrar en la inmensidad en busca de sal o de cueros, se daban cuenta de que la región aparecía cada vez mas infestada de indios foráneos y belicosos que llamaron "Aucaes" (alzados), pero no tenían ni idea de la sustitución étnica que se estaba produciendo. La individualización de los grupos se hacía a través de los caciques. Ésto dificultaba la distinción, máxime cuando los nuevos dueños de la llanura adoptaron desde un principio un género de vida parecido al de los antiguos ocupantes pampas. De manera que ya en el 1800 se había borrado el recuerdo, si es que alguna vez haya existido, de la pretérita existencia en la pampa de indios que no eran mapuches. Sin mayor examen se admitía que la población de esa estirpe entonces existente en la región, había estado siempre allí. Entonces ¿quiénes eran los antiguos pampas? La respuesta tal vez más cercana la da el explorador Francisco P. Moreno en 1875, cuando encuentra en el norte de la Patagonia un grupo de indios que hablaban una lengua que no era Mapuche ni Tehuelche, y que le manifiestan que sus antepasados habían otrora habitado en las sierras bonaerenses. Moreno cree de pronto hallarse ante los últimos restos de los antiguos pampas, de cuya existencia, según el mismo dice, en su tiempo, se dudaba, confundiéndolos con los indios de raza mapuche que habitan Salinas Grandes. Y después se supo que lo que Moreno vio eran Puelches-Guenaken o sea descendientes directos de nuestros antiguos pampas. Estos eran un conjunto de parcialidades que tenían como hábitat las inmensas llanuras de las que tomaron el nombre, y que se extendía desde el Atlántico al desaguadero del río Salado; desde el sur de la ciudades de San Luis, Río Cuarto y Río Tercero hasta las inmediaciones de las sierra del sur de Buenos Aires, se conoció que poseían una lengua propia diferente a los querandíes de la costa del río de la plata, esta lengua fue clasificada como idioma HET, que no era más que puelche-guenaken. Restos fósiles de estos antiguos pampas fueron encontrados por Florentino Ameghino en Arroyo Seco y en Arrecifes. Tenían dos deidades religiosas, eran animistas (creían en el alma) esas deidades eran CHACHAO también llamado Soychu, que era el bueno y GUALICHO que era el mal o diablo. Este concepto era común a los demás pueblos del sur, y al extenderse con el caballo la influencia pampa por los pueblos vecinos, llególes también a ellos, e incluso a los Mapuches que después lo adoptaron, pero esos nombres son puros y exclusivamente Pampas (en lengua Het o guenaken). A pesar de pasar tanto tiempo de estos sucesos han quedado unos pocos vestigios de aquella extinta lengua nativa Pampa.
Ejemplos: cerro
casu
padre
gleter
madre
meme
gente
het
mi
ma
zorrino
kel
pais
chu
cacique
ya
sur
tehuel
cabeza
ageka
lengua
auenk
diente
abaye
ojo
atelk
mano
agachkask
agua
yagep
fuego
abuakek
sol
apiubuk
tierra
atek
casa
abvai
yo
kua
tu
keman
En su origen eran cazadores de venados, ñandúes y guanacos. También eran recolectores de frutos y semillas silvestres, que molían para hacer harina. Se vestían con una manta llamada patagónica o quillango.
Eran individuos de alta estatura, algo más que la mediana europea, morenos y de cuerpos robustos, de cabeza alargada alta y maciza. Sus vestidos, según un cronista (1643) "es una pampanilla que usan por la decencia y un pellón que le sirve de capa larga, todo lo demás del cuerpo desnudo". La pampanilla era prenda femenina, los hombres usaban taparrabo en forma triangular, ambos de cuero de distintos animales, pero especialmente de zorro, guanaco o nutria cocidos entre sí, posteriormente se usó el cuero de caballo que una vez sobado lo usaban hombres y mujeres.
Solían pintar su rostro y cuerpo de diferentes colores. Los viudos y en especial las viudas se pintaban la cara de negro en señal de duelo. No se ha señalado el uso de tatuaje. Según el padre Rosales (1666) en algunos lugares cubrían su cuerpo con arcilla mezclada con hierbas como defensa del sol y los mosquitos.
La vivienda de los Pampas primitivos es el típico toldo de la llanura que persiste en siglos posteriores. Cuando escaseaba el ganado en la Pampa se utilizaba en su construcción ramas y otros materiales deleznables. El padre Ovalle (1643) dice: "en un instante con cuatro palillos, una media ramada mal cubierta con algunas ramas y yerbas o algún cuero de vaca o caballo o de tres animales antiguos Pampas".
Sus armas fueron la boleadora, el arco y la flecha, algunos misioneros citan el uso de la honda. Las boleadores de estos indios eran de dos bolas con surco, atadas con un tiento de cuero, de unos diez pies de largo, una de ellas más pequeña que servía de manijera. También se cita la boleadora retobada en cuero. Las puntas de flechas las hacían de pedernal, cuarzo y ópalo, materiales que se encuentran en todos los paraderos de la zona, aún cuando no sean del lugar. También es frecuente encontrarlas de madera.
La industria de la piedra alcanzó gran importancia empleándose la técnica de la piedra tallada o de la piedra pulida. El indígena tomaba un canto rodado o un trozo de roca de las citadas y que constituía el núcleo, lo apoyaba sobre otra piedra que servía de yunque, o tomado fuertemente en la mano, sobre uno de sus lados más planos aplicaba un fuerte golpe con otro canto rodado que constituía el percutor. De esta manera iba desprendiendo del núcleo las llamadas láminas que retocadas y trabajadas con pequeños golpes y presiones originaban raspadores, cuchillos y puntas de flechas. Para los objetos de piedra pulida realizaban un trabajo similar que luego pulían con otra roca dura. Para las superficies esféricas perfectamente pulidas, tales como boleadoras y cabezas de hachas, el pulimento se hizo dentro de cavidades esféricas de rocas o pequeños morteros al efecto. Otros objetos de piedra característicos son:
Perforadores: Pequeñas piedras con punta aguda que usaban para perforar y luego coser los cueros.
Raspadores: Especie de cuchillos con filo por un solo lado, servía para descarnar los cueros.
Sobadores: Piedras cónicas con un fuerte ensanchamiento en su base, servía para sobar los cueros secos.
Morteros: Los granos eran reducidos a harina en morteros de piedra, los hay de varios tipos. Durante los primeros años de la colonia, los españoles continuaron usando este procedimiento. Las manos de estos morteros se hicieron con piedras alargadas que en algunos casos han sido perfectamente pulidas hasta cilindradas.
Las conanas eran también destinadas a la molienda de granos, se construían de lajas, aplanadas que con el uso adquirieron una concavidad en su parte media, en algunos casos, su continuo uso llegó a perforar la conana.
En los últimos tiempos los Pampas conocerían también la alfarería que habían adoptado de los pueblos vecinos. Al adoptar el caballo dejarían de hacer cerámica. Pues la alfarería no suele ser de mucho provecho. En cambio la cestería se practicaba intensamente haciendo cestos tan apretados que podían contener agua en ellas.
Los pampas eran grandes caminadores y tragadores de leguas. De esa cualidad física nos dan cuenta los primeros conquistadores que entraron en contacto con ellos. La caza se realizaba a pie, siguiendo a los animales hasta cansarlos, pasando en ello dos o tres días sin parar. En estas cacerías no tomaban agua ni comían, solo bebían la sangre de los animales que cazaban.
Los Pampas eran por naturaleza nómades. El padre Ovalle, que en la primera mitad del siglo XVII atravesara la Pampa en dos ocasiones, describe en esta forma el nomadismo de nuestros indios: "...juzgan por el mayor bien de todos el absoluto y libre albedrío: Vivir hoy en este lugar, mañana en el otro, ahora me da gusto gozar de la rivera y frescura de este río y en cansándome de él paso a otro, quiero vivir un poco en los bosques y soledades, y dándome el gusto sus sombras salgo a los alegres prados y valles, aquí me entretiene la caza, allá la pesca, aquí gozo de la fruta que lleva esta tierra y en acabándoseme me paso a otra, donde comienzan a madurar los que ella lleva, voy donde quiero sin dejar en ninguna parte prenda que me tire, que suelen ser espinas que de lejos atormenta, no temo malas nuevas porque no dejo atrás cosa que pueda perder, conmigo lo llevo todo, y con mi mujer y mis hijos, que me siguen donde voy no me falta nada".
Fuera de la carne de los animales que cazaban los Pampas, se alimentaban también de la recolección de productos agrestes de origen animal y vegetal. El padre Ovalle nos cuenta que pegaban fuego a los pajonales cuando en ellos había mucha langosta y así la tostaban. Luego la molían y hacían con su pasta una especie de pan. Preparaban bebidas fermentadas y usaban el cebil masticando sus hojas, como en el altiplano la coca. No nos ha llegado noticia del uso del tabaco o similares.
La vida espiritual de estos indígenas se reducía a algunas danzas de carácter ritual de las cuales no hay referencias concretas. Vivían agrupados en pequeñas tribus independientes unas de otras, con caciques cuya autoridad y origen nada se sabe.
De sus ideas religiosas poco en concreto se sabe. Creían en Soichu, antes de todo lo bueno, venerada sin culto ni ceremonia aparente; y Gualichu que era la causa de toda adversidad, sequías, denotas, enfermedad. Cada aldea tenía su mago o shaman y cuando éste asistía a algún enfermo llevaba en su boca algo nauseabundo que luego de chupar el cuerpo del enfermo escupía y decía que ello era la causa del mal que acababa de extraer.
Los Araucanos, es el último elemento indígena que se estableció en el país, en un proceso no muy bien estudiado. Habitaban primitivamente Chile, con la conquista y colonización española de la parte Norte y Central del país se refugiaron al Sur del mismo y de allí a través de los pasos cordilleranos llegaron al territorio argentino. Esta infiltración comenzó dos siglos atrás por lo que puede decirse que es relativamente reciente. Los Araucanos de Chile, para sostener sus guerras necesitaban del caballo de nuestras llanuras y Los Pampas se los proveían por intermediarios y tenían una tribu que habitaba las montañas, Los Puelches, que fueron los primeros en sufrir la influencia araucana. La expansión araucana se extendió posteriormente a nuestras pampas. El primer dato concreto sobre los Araucanos en el país se obtiene en 1708. En esa fecha hubo una concentración de indios de tal origen, en el lugar llamado Las Pulgas, hoy Mercedes. La reunión tuvo consecuencias y de la investigación realizada por las autoridades consta que algunos caciques Puelches habían traído "aucáes" e indios de la guerra de Chile.
Al comienzo, los Araucanos constituyeron núcleos aislados, a veces rivales, pero una vez dominado todo el territorio, se unieron, aunque no formaron una sola nación con un jefe único. Se formaron cuatro grupos Araucanos principales. Los Puelches que ocupaban la parte de la cordillera y el espacio que media entre el norte del río Diamante y el Limay por el sur. Seguidamente, al este del Salado, estaban los Ranqueles. Eran los ocupantes de la región del monte. Su centro principal era Lebucó. Con sus famosos caciques Yanquetruz y Painé. Al este y al sur de los anteriores estaba el Grupo de las Salinas Grandes. Vivían junto a las lagunas o cursos de agua, donde disponían sus toldos, y éstos eran de forma cuadrangular.
¿Qué es lo que sucedió con los antiguos Pampas?
Según Rubén GUAMAN CARRASCO, aquellos que dominaban esa vasta llanura de la provincia de Buenos Aires y La Pampa Seca, aquellos que conocieron los fundadores de la ciudad de Buenos Aires, aquella raza india tan antigua no tenía nada que ver con los (llamados pampas) que exterminó el general Roca en 1879. Sucedió que a principios del 1800, la antigua población pampa que hasta entonces dominara en la inmensa llanura comenzó a desaparecer, siendo reemplazada por otra de caracteres distintos y de estirpe Araucana o Mapuche. Tanto por tradición como por tener el mismo hábitat de la antigua, la población nueva siguió siendo llamada "Pampa" por los vecinos de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y San Luis, asentadas en la periferia de sus dominios. Dos cosas favorecieron la perduración del nombre. Primero que eran poblaciones nómades sin asiento fijo (es bueno recordar que este fenómeno de sustitución étnica acá en nuestro país se llamó Araucanización de la pampa y Patagonia). El segundo, que la sustitución étnica de nuestros pampas originales fue un proceso gradual, apenas perceptible. Al principio, los mapuches estaban en su hábitat del Neuquén y río Negro, es evidente que la necesidad por el ganado cimarrón y los caballos llevó a ese pueblo a emigrar hacia la provincia de Buenos Aires y La Pampa. Finalmente los escasos restos de la antigua población pampa se fueron diluyendo en el siglo XVIII en la masa inmigratoria siempre creciente de la nueva población Araucana o Mapuche. Otro motivo del desconocimiento del fenómeno de la sustitución, la dio el hecho que la antigua población blanca de la ciudad no frecuentaba las inmensidades de la pampa; es por eso que la sustitución de la vieja población pampa por la nueva de origen mapuche se produjo lejos de los ojos de los vecinos de las ciudades. Lo que sí percibían estos vecinos era que, cuando tenían que penetrar en la inmensidad en busca de sal o de cueros, se daban cuenta de que la región aparecía cada vez mas infestada de indios foráneos y belicosos que llamaron "Aucaes" (alzados), pero no tenían ni idea de la sustitución étnica que se estaba produciendo. La individualización de los grupos se hacía a través de los caciques. Ésto dificultaba la distinción, máxime cuando los nuevos dueños de la llanura adoptaron desde un principio un género de vida parecido al de los antiguos ocupantes pampas. De manera que ya en el 1800 se había borrado el recuerdo, si es que alguna vez haya existido, de la pretérita existencia en la pampa de indios que no eran mapuches. Sin mayor examen se admitía que la población de esa estirpe entonces existente en la región, había estado siempre allí. Entonces ¿quiénes eran los antiguos pampas? La respuesta tal vez más cercana la da el explorador Francisco P. Moreno en 1875, cuando encuentra en el norte de la Patagonia un grupo de indios que hablaban una lengua que no era Mapuche ni Tehuelche, y que le manifiestan que sus antepasados habían otrora habitado en las sierras bonaerenses. Moreno cree de pronto hallarse ante los últimos restos de los antiguos pampas, de cuya existencia, según el mismo dice, en su tiempo, se dudaba, confundiéndolos con los indios de raza mapuche que habitan Salinas Grandes. Y después se supo que lo que Moreno vio eran Puelches-Guenaken o sea descendientes directos de nuestros antiguos pampas. Estos eran un conjunto de parcialidades que tenían como hábitat las inmensas llanuras de las que tomaron el nombre, y que se extendía desde el Atlántico al desaguadero del río Salado; desde el sur de la ciudades de San Luis, Río Cuarto y Río Tercero hasta las inmediaciones de las sierra del sur de Buenos Aires, se conoció que poseían una lengua propia diferente a los querandíes de la costa del río de la plata, esta lengua fue clasificada como idioma HET, que no era más que puelche-guenaken. Restos fósiles de estos antiguos pampas fueron encontrados por Florentino Ameghino en Arroyo Seco y en Arrecifes. Tenían dos deidades religiosas, eran animistas (creían en el alma) esas deidades eran CHACHAO también llamado Soychu, que era el bueno y GUALICHO que era el mal o diablo. Este concepto era común a los demás pueblos del sur, y al extenderse con el caballo la influencia pampa por los pueblos vecinos, llególes también a ellos, e incluso a los Mapuches que después lo adoptaron, pero esos nombres son puros y exclusivamente Pampas (en lengua Het o guenaken). A pesar de pasar tanto tiempo de estos sucesos han quedado unos pocos vestigios de aquella extinta lengua nativa Pampa.
Ejemplos: cerro
casu
padre
gleter
madre
meme
gente
het
mi
ma
zorrino
kel
pais
chu
cacique
ya
sur
tehuel
cabeza
ageka
lengua
auenk
diente
abaye
ojo
atelk
mano
agachkask
agua
yagep
fuego
abuakek
sol
apiubuk
tierra
atek
casa
abvai
yo
kua
tu
keman
Suscribirse a:
Entradas (Atom)