Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos. Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos. Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia. Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio. Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios. Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas. Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro. Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos. Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas. Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos. Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido. Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras. Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción. Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias. Manifiesto Zapatista - Emiliano Zapata Salazar - Guerrillero Mexicano , creador del EZLN ( Ejercito Zapatista de Liberaciòn Nacional)
domingo, 16 de diciembre de 2007
jueves, 13 de diciembre de 2007
Emiliano Zapata - Revolucionario del Siglo XX
Emiliano Zapata Salazar nació en Anenecuilco, el 8 de agosto de 1879 en el seno de una familia de pequeños propietarios de tierras, pero ante su pobreza, la familia Zapata diversificó sus actividades, encaminándolas a la pequeña ganadería. De ese modo los animales les permitieron autonomía de la hacienda azucarera vecina.
Zapata siguió la educación primaría en la escuela de la aldea. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. El patrimonio que heredó fue reducido, pero suficiente para no tener que emplearse como peón en alguna de las ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco.
De 1902 a 1905, auxiliando al pueblo de Yautepec que tenía problemas con el hacendado Pablo Escandón, los acompañó a la ciudad de México, donde acudían ante las diferentes dependencias públicas para pedir se les hiciera justicia.
El 15 de abril de 1906, los habitantes de Anenecuilco enviaron un escrito al gobernador del estado planteándole sus problemas con las tierras, y éste convocó una reunión, a la que asistieron representantes del pueblo de Villa de Ayala y de Anenecuilco, entre los que se encontraba Emiliano Zapata.
En 1909 Zapata apoyó a Patricio Leyva en las elecciones para gobernador del estado, enfrentándose al hacendado Pablo Escandón, que ganó las elecciones.
El 12 de septiembre de ese año fue elegido en asamblea representante de su pueblo para seguir la lucha por la restitución de las tierras. Al terminar la misma, le hicieron entrega de los documentos de la comunidad.
En 1910 repartió las tierras del llano de Huajar, que los de Villa de Ayala ya iban a sembrar con el permiso de la hacienda del Hospital. A fines de año volvió a repartir tierras en Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
No participó de manera activa en la campaña presidencial de Francisco I. Madero, pero cuando éste promulgó el Plan de San Luis, en cuyo contenido se manifestaba la restitución de tierras a las comunidades campesinas despojadas, inmediatamente se aprestó a apoyarlo.
Participó en una reunión secreta para elegir a un representante que se entrevistara con Madero y le pidiera instrucciones sobre los pasos a seguir. A su regreso trajo las instrucciones de nombrar a Patricio Leyva líder del movimiento insurreccional.
Se alzaron en armas el 10 de marzo de 1911 en Villa de Ayala, y formaron la primera guerrilla con 70 hombres. Días más tarde tomaron Jojutla.
El 29 de marzo asumió el mando de las fuerzas maderistas y tomó Axochiapan, luego asaltó la hacienda de Chinameca, tomó Jonacatepec, sitió Cuautla, entonces defendida por lo más selecto del ejército porfirista.
Siete días más tarde, Porfirio Díaz se embarcaba en Veracruz en el Ipiranga para dirigirse a Europa y el 27 de mayo Zapata entró con 5.000 hombres en Cuernavaca.
El 2 de junio y el gobierno federal designó un gobernador provisional del estado sin que Zapata estuviera de acuerdo. Esto hizo que el día 6 se trasladara a la ciudad de México con los principales jefes guerrilleros para entrevistarse con Madero.
Se inicia así el largo debate de la revolución, sobre dos ejes fundamentales: los hacendados querían desarmar a toda costa a la guerrilla y ésta quería las tierras para los campesinos. Además se negociaba también el nombramiento del gobernador del estado y el control sobre la policía, que Zapata exigía que se reclutara entre las fuerzas guerrilleras. En esas negociaciones, Madero tuvo que viajar varias veces a Morelos a entrevistarse con los dirigentes guerrilleros y, a la inverso, también acudió Zapata varias veces a Ciudad de México para lo mismo.
Los hacendados comenzaron una campaña de intoxicación en la prensa en contra de Zapata, a quien hacían aparecer como un bandido a quien había que exterminar. Mientras Zapata desmovilizaba sus tropas y entregaba 3.500 armas, en la ciudad de México le lanzaban acusaciones de haberse levantado nuevamente en armas.
El 9 de agosto el presidente Francisco León de la Barra dió instrucciones al general Victoriano Huerta para que marchara al estado y terminara por la fuerza con el desarme de las tropas zapatistas porque no debían tratar con bandidos. La movilización que se inició el 19 de agosto. Zapata le dijo entonces a Madero que con las mismas armas que lo elevaron, lo derrocarían. Madero trató de contemporizar y Zapata le dijo que mientras se siga desarmando a los elementos revolucionarios y se les dé apoyo a las fuerzas federales, la revolución y usted mismo están en peligro. Claro vemos que cada día se entrega usted más en manos de los enemigos de la revolución.
Zapata concentró sus tropas en Villa de Ayala y lanzó un Manifiesto al Pueblo de Morelos, donde exponía la gravedad del problema. Como respuesta a este desafío, el 29 de agosto el presidente León de la Barra celebró un Consejo de Ministros donde se acordó que Victoriano Huerta activara la persecución de Zapata hasta lograr su exterminio.
Huerta ocupó con sus fuerzas la plaza de Cuautla el 31 de agosto; el 12 de septiembre atacó la hacienda de Chinameca, donde se encontraba Zapata, que logró escapar.
Entonces pasó a la ofensiva y sus fuerzas ocuparon Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo en el valle de México, y avanzaron sobre Milpa Alta.
La ofensiva causó alarma en la ciudad de México, y la Cámara de Diputados los consideró de importancia nacional.
En octubre se logró la firma del Plan de Ayala y, el 30 de abril del siguiente año Zapata lanzó la primera reivindicación agraria en el pueblo de Ixcamilpa, Puebla.
En enero de 1912, Madero nombró al General Juvencio Robles jefe de la campaña, que incendió y devastó el estado.
Después del asesinato de Madero, tras el golpe de Estado que instaló a Huerta en el poder, Zapata ordenó batir a las fuerzas golpistas.
Por su parte, Huerta emprendió una campaña en el sur para tratar de destruir a las fuerzas revolucionarias.
Emiliano Zapata lanzó otro manifiesto a la nación el 20 de octubre, donde justificaba su actitud rebelde y hacía un llamamiento a todos los mexicanos para que se unieran a la Revolución.
Las fuerzas zapatistas tomaron Chiautla, en el estado de Puebla; casi todo Guerrero, incluyendo Chilpancingo; todo Morelos con su capital, Cuernavaca; parte de Hidalgo incluyendo Pachuca; parte del Estado de México y el sur del Distrito Federal.
El 14 de julio de 1914 los revolucionarios se reunieron en San Pablo Oxtotepec, ratificaron el Plan de Ayala, nombraron a Zapata dirigente de la revolución y pidieron que el Plan Ayala fuera incluido en la nueva Constitución.
Huerta fracasó en su plan para aplastar a la revolución. El 15 de julio renunció y algo después subió al poder el general Venustiano Carranza quien, después de ocupar la ciudad de México el 14 de agosto, declaró que tenía 60 mil rifles para combatir a Zapata y que no permitiría su entrada en la capital porque era un bandido. Se negó a acatar el Plan Ayala y anifestó que la paz sólo se hacía con la sumisión incondicional de las fuerzas zapatistas a las constitucionalistas, y que los hacendados tenían sus derechos sancionados por las leyes y no era posible quitarles sus propiedades para darlas a quien no tenía derecho.
Zapata lanzó otro manifiesto Al Pueblo Mexicano, donde reiteró que la Revolución no se había hecho para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurarse un pedazo de tierra que habría de proporcionarle alimento.
Carranza convocó a una Convención en la Cámara de Diputados de la ciudad de México el 1 de octubre de 1914, pero se suspendió para que participaran en ella los zapatistas y villistas.
Los revolucionarios designaron una comisión para que asistiera a la Convención en Aguascalientes, con instrucciones precisas de luchar hasta conseguir que la asamblea hiciera suyos los principios sostenidos por el Ejército Libertador del Sur y lograron que la Convención hiciera suyos los postulados del Plan de Ayala.
El 30 de octubre la Convención acordó el cese de Carranza como Primer jefe, designando a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de la República. El 24 de noviembre por la noche se apoderaron de la capital de la República las fuerzas del Ejército Libertador del Sur, al mando del General Antonio Barona, obligando al General Obregón a abandonarla.
El 4 de diciembre se reunieron por primera vez los generales Emiliano Zapata y Pancho Villa en Xochimilco, Distrito Federal, donde suscribieron un pacto por el cual se comprometieron a luchar juntos en contra de Carranza, y desfilaron por las principales calles de la capital, al frente del Ejército Libertador del Sur y de la División del Norte, respectivamente.
Para cumplir lo dispuesto en los artículos 6 y 7 del Plan de Ayala, Zapata creó las primeras Comisiones Agrarias; estableció el Crédito Agrícola; fundó la Caja Rural de Préstamos que funcionó con éxito en el estado de Morelos durante 1915 y 1916; y reorganizó la industria azucarera.
El 22 de octubre de 1915 el gobierno de la Convención promulgó una Ley Agraria.
El General Zapata lanzó un Manifiesto al Pueblo Mexicano, en Quilamula el 10 de julio de 1916, donde hacía responsable a Carranza de la Expedición Punitiva y llamaba a la unidad nacional para acabar con los traidores. En 1917, el ejército agrarista finalmente logró expulsar a las tropas carrancistas de los estados de Morelos y Guerrero, donde continuó trabajando por la implantación de los postulados del Plan de Ayala.
El 20 de abril lanzó otro Manifiesto al Pueblo, donde señaló los errores del gobierno carrancista y exhortó a los revolucionarios y a los mexicanos en general a unirse a su movimiento. El 20 de mayo lanzó otro manifiesto donde decía que la caída del gobierno carrancista era una exigencia; reafirmaba la liberación de la tierra y, la emancipación del campesino, sin capataces ni amos. Calificó a los soldados carrancistas de aventureros sin escrúpulos ni conciencia, de no hombres sino furiosos adversarios sin bandera ni principios, que tenían como programa el pillaje y como ideales el saqueo y el botín.
El 18 de agosto de 1918, los carrancistas se apoderaron nuevamente de las plazas principales del estado. Las actividades militares en forma de guerrillas se redoblaron y gracias a eso los carrancistas no pudieron expulsar al jefe de la revolución agraria, quien trasladó su cuartel general a las estribaciones del Popocatépetl.
En ese año, el movimiento zapatista atravesó por graves circunstancias; no solo tuvo que enfrentar a las tropas constitucionalistas, sino que se suscitaron algunas divisiones y deserciones. Algunos aceptaron la amnistía que les ofrecía el gobierno, e incluso llegaron a enfrentarse a sus ex compañeros de lucha. El zapatismo perdió terreno, posiciones y hombres.
A pesar de su notoria debilidad, seguía siendo uno de los principales problemas del gobierno de Carranza. El mayor desafío de Emiliano Zapata al régimen carrancista la constituyó su carta abierta del 17 de marzo de 1919, en la que acusaba públicamente al Presidente de ser la causa de todos los males que sufría el país.
El 10 de abril de 1919 asesinaron a Zapata pero la revolución no cejaba y, si bien muchos hombres dejaron las armas, otros como Gildardo Magaña hicieron público su afán de consumar los ideales por los que tantos años habían luchado y vengar la muerte de Zapata.
El movimiento agrario morelense no fue finiquitado por la desaparición de su dirigente y se mantuvo en rebeldía hasta 1920, en que estableció una alianza con la facción revolucionaria obregonista, que triunfó en la rebelión de Agua Prieta.
El actual EZLN no sólo no ha seguido el ejemplo del gran revolucionario mexicano, sino que ha tratado de prostituir su memoria, y atraerse a los campesinos pobres de Chiapas para sus sucios manejos.
Zapata siguió la educación primaría en la escuela de la aldea. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. El patrimonio que heredó fue reducido, pero suficiente para no tener que emplearse como peón en alguna de las ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco.
De 1902 a 1905, auxiliando al pueblo de Yautepec que tenía problemas con el hacendado Pablo Escandón, los acompañó a la ciudad de México, donde acudían ante las diferentes dependencias públicas para pedir se les hiciera justicia.
El 15 de abril de 1906, los habitantes de Anenecuilco enviaron un escrito al gobernador del estado planteándole sus problemas con las tierras, y éste convocó una reunión, a la que asistieron representantes del pueblo de Villa de Ayala y de Anenecuilco, entre los que se encontraba Emiliano Zapata.
En 1909 Zapata apoyó a Patricio Leyva en las elecciones para gobernador del estado, enfrentándose al hacendado Pablo Escandón, que ganó las elecciones.
El 12 de septiembre de ese año fue elegido en asamblea representante de su pueblo para seguir la lucha por la restitución de las tierras. Al terminar la misma, le hicieron entrega de los documentos de la comunidad.
En 1910 repartió las tierras del llano de Huajar, que los de Villa de Ayala ya iban a sembrar con el permiso de la hacienda del Hospital. A fines de año volvió a repartir tierras en Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
No participó de manera activa en la campaña presidencial de Francisco I. Madero, pero cuando éste promulgó el Plan de San Luis, en cuyo contenido se manifestaba la restitución de tierras a las comunidades campesinas despojadas, inmediatamente se aprestó a apoyarlo.
Participó en una reunión secreta para elegir a un representante que se entrevistara con Madero y le pidiera instrucciones sobre los pasos a seguir. A su regreso trajo las instrucciones de nombrar a Patricio Leyva líder del movimiento insurreccional.
Se alzaron en armas el 10 de marzo de 1911 en Villa de Ayala, y formaron la primera guerrilla con 70 hombres. Días más tarde tomaron Jojutla.
El 29 de marzo asumió el mando de las fuerzas maderistas y tomó Axochiapan, luego asaltó la hacienda de Chinameca, tomó Jonacatepec, sitió Cuautla, entonces defendida por lo más selecto del ejército porfirista.
Siete días más tarde, Porfirio Díaz se embarcaba en Veracruz en el Ipiranga para dirigirse a Europa y el 27 de mayo Zapata entró con 5.000 hombres en Cuernavaca.
El 2 de junio y el gobierno federal designó un gobernador provisional del estado sin que Zapata estuviera de acuerdo. Esto hizo que el día 6 se trasladara a la ciudad de México con los principales jefes guerrilleros para entrevistarse con Madero.
Se inicia así el largo debate de la revolución, sobre dos ejes fundamentales: los hacendados querían desarmar a toda costa a la guerrilla y ésta quería las tierras para los campesinos. Además se negociaba también el nombramiento del gobernador del estado y el control sobre la policía, que Zapata exigía que se reclutara entre las fuerzas guerrilleras. En esas negociaciones, Madero tuvo que viajar varias veces a Morelos a entrevistarse con los dirigentes guerrilleros y, a la inverso, también acudió Zapata varias veces a Ciudad de México para lo mismo.
Los hacendados comenzaron una campaña de intoxicación en la prensa en contra de Zapata, a quien hacían aparecer como un bandido a quien había que exterminar. Mientras Zapata desmovilizaba sus tropas y entregaba 3.500 armas, en la ciudad de México le lanzaban acusaciones de haberse levantado nuevamente en armas.
El 9 de agosto el presidente Francisco León de la Barra dió instrucciones al general Victoriano Huerta para que marchara al estado y terminara por la fuerza con el desarme de las tropas zapatistas porque no debían tratar con bandidos. La movilización que se inició el 19 de agosto. Zapata le dijo entonces a Madero que con las mismas armas que lo elevaron, lo derrocarían. Madero trató de contemporizar y Zapata le dijo que mientras se siga desarmando a los elementos revolucionarios y se les dé apoyo a las fuerzas federales, la revolución y usted mismo están en peligro. Claro vemos que cada día se entrega usted más en manos de los enemigos de la revolución.
Zapata concentró sus tropas en Villa de Ayala y lanzó un Manifiesto al Pueblo de Morelos, donde exponía la gravedad del problema. Como respuesta a este desafío, el 29 de agosto el presidente León de la Barra celebró un Consejo de Ministros donde se acordó que Victoriano Huerta activara la persecución de Zapata hasta lograr su exterminio.
Huerta ocupó con sus fuerzas la plaza de Cuautla el 31 de agosto; el 12 de septiembre atacó la hacienda de Chinameca, donde se encontraba Zapata, que logró escapar.
Entonces pasó a la ofensiva y sus fuerzas ocuparon Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo en el valle de México, y avanzaron sobre Milpa Alta.
La ofensiva causó alarma en la ciudad de México, y la Cámara de Diputados los consideró de importancia nacional.
En octubre se logró la firma del Plan de Ayala y, el 30 de abril del siguiente año Zapata lanzó la primera reivindicación agraria en el pueblo de Ixcamilpa, Puebla.
En enero de 1912, Madero nombró al General Juvencio Robles jefe de la campaña, que incendió y devastó el estado.
Después del asesinato de Madero, tras el golpe de Estado que instaló a Huerta en el poder, Zapata ordenó batir a las fuerzas golpistas.
Por su parte, Huerta emprendió una campaña en el sur para tratar de destruir a las fuerzas revolucionarias.
Emiliano Zapata lanzó otro manifiesto a la nación el 20 de octubre, donde justificaba su actitud rebelde y hacía un llamamiento a todos los mexicanos para que se unieran a la Revolución.
Las fuerzas zapatistas tomaron Chiautla, en el estado de Puebla; casi todo Guerrero, incluyendo Chilpancingo; todo Morelos con su capital, Cuernavaca; parte de Hidalgo incluyendo Pachuca; parte del Estado de México y el sur del Distrito Federal.
El 14 de julio de 1914 los revolucionarios se reunieron en San Pablo Oxtotepec, ratificaron el Plan de Ayala, nombraron a Zapata dirigente de la revolución y pidieron que el Plan Ayala fuera incluido en la nueva Constitución.
Huerta fracasó en su plan para aplastar a la revolución. El 15 de julio renunció y algo después subió al poder el general Venustiano Carranza quien, después de ocupar la ciudad de México el 14 de agosto, declaró que tenía 60 mil rifles para combatir a Zapata y que no permitiría su entrada en la capital porque era un bandido. Se negó a acatar el Plan Ayala y anifestó que la paz sólo se hacía con la sumisión incondicional de las fuerzas zapatistas a las constitucionalistas, y que los hacendados tenían sus derechos sancionados por las leyes y no era posible quitarles sus propiedades para darlas a quien no tenía derecho.
Zapata lanzó otro manifiesto Al Pueblo Mexicano, donde reiteró que la Revolución no se había hecho para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurarse un pedazo de tierra que habría de proporcionarle alimento.
Carranza convocó a una Convención en la Cámara de Diputados de la ciudad de México el 1 de octubre de 1914, pero se suspendió para que participaran en ella los zapatistas y villistas.
Los revolucionarios designaron una comisión para que asistiera a la Convención en Aguascalientes, con instrucciones precisas de luchar hasta conseguir que la asamblea hiciera suyos los principios sostenidos por el Ejército Libertador del Sur y lograron que la Convención hiciera suyos los postulados del Plan de Ayala.
El 30 de octubre la Convención acordó el cese de Carranza como Primer jefe, designando a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de la República. El 24 de noviembre por la noche se apoderaron de la capital de la República las fuerzas del Ejército Libertador del Sur, al mando del General Antonio Barona, obligando al General Obregón a abandonarla.
El 4 de diciembre se reunieron por primera vez los generales Emiliano Zapata y Pancho Villa en Xochimilco, Distrito Federal, donde suscribieron un pacto por el cual se comprometieron a luchar juntos en contra de Carranza, y desfilaron por las principales calles de la capital, al frente del Ejército Libertador del Sur y de la División del Norte, respectivamente.
Para cumplir lo dispuesto en los artículos 6 y 7 del Plan de Ayala, Zapata creó las primeras Comisiones Agrarias; estableció el Crédito Agrícola; fundó la Caja Rural de Préstamos que funcionó con éxito en el estado de Morelos durante 1915 y 1916; y reorganizó la industria azucarera.
El 22 de octubre de 1915 el gobierno de la Convención promulgó una Ley Agraria.
El General Zapata lanzó un Manifiesto al Pueblo Mexicano, en Quilamula el 10 de julio de 1916, donde hacía responsable a Carranza de la Expedición Punitiva y llamaba a la unidad nacional para acabar con los traidores. En 1917, el ejército agrarista finalmente logró expulsar a las tropas carrancistas de los estados de Morelos y Guerrero, donde continuó trabajando por la implantación de los postulados del Plan de Ayala.
El 20 de abril lanzó otro Manifiesto al Pueblo, donde señaló los errores del gobierno carrancista y exhortó a los revolucionarios y a los mexicanos en general a unirse a su movimiento. El 20 de mayo lanzó otro manifiesto donde decía que la caída del gobierno carrancista era una exigencia; reafirmaba la liberación de la tierra y, la emancipación del campesino, sin capataces ni amos. Calificó a los soldados carrancistas de aventureros sin escrúpulos ni conciencia, de no hombres sino furiosos adversarios sin bandera ni principios, que tenían como programa el pillaje y como ideales el saqueo y el botín.
El 18 de agosto de 1918, los carrancistas se apoderaron nuevamente de las plazas principales del estado. Las actividades militares en forma de guerrillas se redoblaron y gracias a eso los carrancistas no pudieron expulsar al jefe de la revolución agraria, quien trasladó su cuartel general a las estribaciones del Popocatépetl.
En ese año, el movimiento zapatista atravesó por graves circunstancias; no solo tuvo que enfrentar a las tropas constitucionalistas, sino que se suscitaron algunas divisiones y deserciones. Algunos aceptaron la amnistía que les ofrecía el gobierno, e incluso llegaron a enfrentarse a sus ex compañeros de lucha. El zapatismo perdió terreno, posiciones y hombres.
A pesar de su notoria debilidad, seguía siendo uno de los principales problemas del gobierno de Carranza. El mayor desafío de Emiliano Zapata al régimen carrancista la constituyó su carta abierta del 17 de marzo de 1919, en la que acusaba públicamente al Presidente de ser la causa de todos los males que sufría el país.
El 10 de abril de 1919 asesinaron a Zapata pero la revolución no cejaba y, si bien muchos hombres dejaron las armas, otros como Gildardo Magaña hicieron público su afán de consumar los ideales por los que tantos años habían luchado y vengar la muerte de Zapata.
El movimiento agrario morelense no fue finiquitado por la desaparición de su dirigente y se mantuvo en rebeldía hasta 1920, en que estableció una alianza con la facción revolucionaria obregonista, que triunfó en la rebelión de Agua Prieta.
El actual EZLN no sólo no ha seguido el ejemplo del gran revolucionario mexicano, sino que ha tratado de prostituir su memoria, y atraerse a los campesinos pobres de Chiapas para sus sucios manejos.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Pueblos Originarios Argentinos - Los Pampas
La designación de "pampas" a los aborígenes que poblaban la pampa no fue auto impuesta, sino que les vino impuesta por los españoles. El vocablo no siquiera es de su idioma, sino quechua, y significa "llanura". Es decir que se llamó pampas a todos los indios que habitaban ese territorio geográfico conocido como pampa, a pesar de que pertenecían a distintas culturas.
En su origen eran cazadores de venados, ñandúes y guanacos. También eran recolectores de frutos y semillas silvestres, que molían para hacer harina. Se vestían con una manta llamada patagónica o quillango.
Eran individuos de alta estatura, algo más que la mediana europea, morenos y de cuerpos robustos, de cabeza alargada alta y maciza. Sus vestidos, según un cronista (1643) "es una pampanilla que usan por la decencia y un pellón que le sirve de capa larga, todo lo demás del cuerpo desnudo". La pampanilla era prenda femenina, los hombres usaban taparrabo en forma triangular, ambos de cuero de distintos animales, pero especialmente de zorro, guanaco o nutria cocidos entre sí, posteriormente se usó el cuero de caballo que una vez sobado lo usaban hombres y mujeres.
Solían pintar su rostro y cuerpo de diferentes colores. Los viudos y en especial las viudas se pintaban la cara de negro en señal de duelo. No se ha señalado el uso de tatuaje. Según el padre Rosales (1666) en algunos lugares cubrían su cuerpo con arcilla mezclada con hierbas como defensa del sol y los mosquitos.
La vivienda de los Pampas primitivos es el típico toldo de la llanura que persiste en siglos posteriores. Cuando escaseaba el ganado en la Pampa se utilizaba en su construcción ramas y otros materiales deleznables. El padre Ovalle (1643) dice: "en un instante con cuatro palillos, una media ramada mal cubierta con algunas ramas y yerbas o algún cuero de vaca o caballo o de tres animales antiguos Pampas".
Sus armas fueron la boleadora, el arco y la flecha, algunos misioneros citan el uso de la honda. Las boleadores de estos indios eran de dos bolas con surco, atadas con un tiento de cuero, de unos diez pies de largo, una de ellas más pequeña que servía de manijera. También se cita la boleadora retobada en cuero. Las puntas de flechas las hacían de pedernal, cuarzo y ópalo, materiales que se encuentran en todos los paraderos de la zona, aún cuando no sean del lugar. También es frecuente encontrarlas de madera.
La industria de la piedra alcanzó gran importancia empleándose la técnica de la piedra tallada o de la piedra pulida. El indígena tomaba un canto rodado o un trozo de roca de las citadas y que constituía el núcleo, lo apoyaba sobre otra piedra que servía de yunque, o tomado fuertemente en la mano, sobre uno de sus lados más planos aplicaba un fuerte golpe con otro canto rodado que constituía el percutor. De esta manera iba desprendiendo del núcleo las llamadas láminas que retocadas y trabajadas con pequeños golpes y presiones originaban raspadores, cuchillos y puntas de flechas. Para los objetos de piedra pulida realizaban un trabajo similar que luego pulían con otra roca dura. Para las superficies esféricas perfectamente pulidas, tales como boleadoras y cabezas de hachas, el pulimento se hizo dentro de cavidades esféricas de rocas o pequeños morteros al efecto. Otros objetos de piedra característicos son:
Perforadores: Pequeñas piedras con punta aguda que usaban para perforar y luego coser los cueros.
Raspadores: Especie de cuchillos con filo por un solo lado, servía para descarnar los cueros.
Sobadores: Piedras cónicas con un fuerte ensanchamiento en su base, servía para sobar los cueros secos.
Morteros: Los granos eran reducidos a harina en morteros de piedra, los hay de varios tipos. Durante los primeros años de la colonia, los españoles continuaron usando este procedimiento. Las manos de estos morteros se hicieron con piedras alargadas que en algunos casos han sido perfectamente pulidas hasta cilindradas.
Las conanas eran también destinadas a la molienda de granos, se construían de lajas, aplanadas que con el uso adquirieron una concavidad en su parte media, en algunos casos, su continuo uso llegó a perforar la conana.
En los últimos tiempos los Pampas conocerían también la alfarería que habían adoptado de los pueblos vecinos. Al adoptar el caballo dejarían de hacer cerámica. Pues la alfarería no suele ser de mucho provecho. En cambio la cestería se practicaba intensamente haciendo cestos tan apretados que podían contener agua en ellas.
Los pampas eran grandes caminadores y tragadores de leguas. De esa cualidad física nos dan cuenta los primeros conquistadores que entraron en contacto con ellos. La caza se realizaba a pie, siguiendo a los animales hasta cansarlos, pasando en ello dos o tres días sin parar. En estas cacerías no tomaban agua ni comían, solo bebían la sangre de los animales que cazaban.
Los Pampas eran por naturaleza nómades. El padre Ovalle, que en la primera mitad del siglo XVII atravesara la Pampa en dos ocasiones, describe en esta forma el nomadismo de nuestros indios: "...juzgan por el mayor bien de todos el absoluto y libre albedrío: Vivir hoy en este lugar, mañana en el otro, ahora me da gusto gozar de la rivera y frescura de este río y en cansándome de él paso a otro, quiero vivir un poco en los bosques y soledades, y dándome el gusto sus sombras salgo a los alegres prados y valles, aquí me entretiene la caza, allá la pesca, aquí gozo de la fruta que lleva esta tierra y en acabándoseme me paso a otra, donde comienzan a madurar los que ella lleva, voy donde quiero sin dejar en ninguna parte prenda que me tire, que suelen ser espinas que de lejos atormenta, no temo malas nuevas porque no dejo atrás cosa que pueda perder, conmigo lo llevo todo, y con mi mujer y mis hijos, que me siguen donde voy no me falta nada".
Fuera de la carne de los animales que cazaban los Pampas, se alimentaban también de la recolección de productos agrestes de origen animal y vegetal. El padre Ovalle nos cuenta que pegaban fuego a los pajonales cuando en ellos había mucha langosta y así la tostaban. Luego la molían y hacían con su pasta una especie de pan. Preparaban bebidas fermentadas y usaban el cebil masticando sus hojas, como en el altiplano la coca. No nos ha llegado noticia del uso del tabaco o similares.
La vida espiritual de estos indígenas se reducía a algunas danzas de carácter ritual de las cuales no hay referencias concretas. Vivían agrupados en pequeñas tribus independientes unas de otras, con caciques cuya autoridad y origen nada se sabe.
De sus ideas religiosas poco en concreto se sabe. Creían en Soichu, antes de todo lo bueno, venerada sin culto ni ceremonia aparente; y Gualichu que era la causa de toda adversidad, sequías, denotas, enfermedad. Cada aldea tenía su mago o shaman y cuando éste asistía a algún enfermo llevaba en su boca algo nauseabundo que luego de chupar el cuerpo del enfermo escupía y decía que ello era la causa del mal que acababa de extraer.
Los Araucanos, es el último elemento indígena que se estableció en el país, en un proceso no muy bien estudiado. Habitaban primitivamente Chile, con la conquista y colonización española de la parte Norte y Central del país se refugiaron al Sur del mismo y de allí a través de los pasos cordilleranos llegaron al territorio argentino. Esta infiltración comenzó dos siglos atrás por lo que puede decirse que es relativamente reciente. Los Araucanos de Chile, para sostener sus guerras necesitaban del caballo de nuestras llanuras y Los Pampas se los proveían por intermediarios y tenían una tribu que habitaba las montañas, Los Puelches, que fueron los primeros en sufrir la influencia araucana. La expansión araucana se extendió posteriormente a nuestras pampas. El primer dato concreto sobre los Araucanos en el país se obtiene en 1708. En esa fecha hubo una concentración de indios de tal origen, en el lugar llamado Las Pulgas, hoy Mercedes. La reunión tuvo consecuencias y de la investigación realizada por las autoridades consta que algunos caciques Puelches habían traído "aucáes" e indios de la guerra de Chile.
Al comienzo, los Araucanos constituyeron núcleos aislados, a veces rivales, pero una vez dominado todo el territorio, se unieron, aunque no formaron una sola nación con un jefe único. Se formaron cuatro grupos Araucanos principales. Los Puelches que ocupaban la parte de la cordillera y el espacio que media entre el norte del río Diamante y el Limay por el sur. Seguidamente, al este del Salado, estaban los Ranqueles. Eran los ocupantes de la región del monte. Su centro principal era Lebucó. Con sus famosos caciques Yanquetruz y Painé. Al este y al sur de los anteriores estaba el Grupo de las Salinas Grandes. Vivían junto a las lagunas o cursos de agua, donde disponían sus toldos, y éstos eran de forma cuadrangular.
¿Qué es lo que sucedió con los antiguos Pampas?
Según Rubén GUAMAN CARRASCO, aquellos que dominaban esa vasta llanura de la provincia de Buenos Aires y La Pampa Seca, aquellos que conocieron los fundadores de la ciudad de Buenos Aires, aquella raza india tan antigua no tenía nada que ver con los (llamados pampas) que exterminó el general Roca en 1879. Sucedió que a principios del 1800, la antigua población pampa que hasta entonces dominara en la inmensa llanura comenzó a desaparecer, siendo reemplazada por otra de caracteres distintos y de estirpe Araucana o Mapuche. Tanto por tradición como por tener el mismo hábitat de la antigua, la población nueva siguió siendo llamada "Pampa" por los vecinos de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y San Luis, asentadas en la periferia de sus dominios. Dos cosas favorecieron la perduración del nombre. Primero que eran poblaciones nómades sin asiento fijo (es bueno recordar que este fenómeno de sustitución étnica acá en nuestro país se llamó Araucanización de la pampa y Patagonia). El segundo, que la sustitución étnica de nuestros pampas originales fue un proceso gradual, apenas perceptible. Al principio, los mapuches estaban en su hábitat del Neuquén y río Negro, es evidente que la necesidad por el ganado cimarrón y los caballos llevó a ese pueblo a emigrar hacia la provincia de Buenos Aires y La Pampa. Finalmente los escasos restos de la antigua población pampa se fueron diluyendo en el siglo XVIII en la masa inmigratoria siempre creciente de la nueva población Araucana o Mapuche. Otro motivo del desconocimiento del fenómeno de la sustitución, la dio el hecho que la antigua población blanca de la ciudad no frecuentaba las inmensidades de la pampa; es por eso que la sustitución de la vieja población pampa por la nueva de origen mapuche se produjo lejos de los ojos de los vecinos de las ciudades. Lo que sí percibían estos vecinos era que, cuando tenían que penetrar en la inmensidad en busca de sal o de cueros, se daban cuenta de que la región aparecía cada vez mas infestada de indios foráneos y belicosos que llamaron "Aucaes" (alzados), pero no tenían ni idea de la sustitución étnica que se estaba produciendo. La individualización de los grupos se hacía a través de los caciques. Ésto dificultaba la distinción, máxime cuando los nuevos dueños de la llanura adoptaron desde un principio un género de vida parecido al de los antiguos ocupantes pampas. De manera que ya en el 1800 se había borrado el recuerdo, si es que alguna vez haya existido, de la pretérita existencia en la pampa de indios que no eran mapuches. Sin mayor examen se admitía que la población de esa estirpe entonces existente en la región, había estado siempre allí. Entonces ¿quiénes eran los antiguos pampas? La respuesta tal vez más cercana la da el explorador Francisco P. Moreno en 1875, cuando encuentra en el norte de la Patagonia un grupo de indios que hablaban una lengua que no era Mapuche ni Tehuelche, y que le manifiestan que sus antepasados habían otrora habitado en las sierras bonaerenses. Moreno cree de pronto hallarse ante los últimos restos de los antiguos pampas, de cuya existencia, según el mismo dice, en su tiempo, se dudaba, confundiéndolos con los indios de raza mapuche que habitan Salinas Grandes. Y después se supo que lo que Moreno vio eran Puelches-Guenaken o sea descendientes directos de nuestros antiguos pampas. Estos eran un conjunto de parcialidades que tenían como hábitat las inmensas llanuras de las que tomaron el nombre, y que se extendía desde el Atlántico al desaguadero del río Salado; desde el sur de la ciudades de San Luis, Río Cuarto y Río Tercero hasta las inmediaciones de las sierra del sur de Buenos Aires, se conoció que poseían una lengua propia diferente a los querandíes de la costa del río de la plata, esta lengua fue clasificada como idioma HET, que no era más que puelche-guenaken. Restos fósiles de estos antiguos pampas fueron encontrados por Florentino Ameghino en Arroyo Seco y en Arrecifes. Tenían dos deidades religiosas, eran animistas (creían en el alma) esas deidades eran CHACHAO también llamado Soychu, que era el bueno y GUALICHO que era el mal o diablo. Este concepto era común a los demás pueblos del sur, y al extenderse con el caballo la influencia pampa por los pueblos vecinos, llególes también a ellos, e incluso a los Mapuches que después lo adoptaron, pero esos nombres son puros y exclusivamente Pampas (en lengua Het o guenaken). A pesar de pasar tanto tiempo de estos sucesos han quedado unos pocos vestigios de aquella extinta lengua nativa Pampa.
Ejemplos: cerro
casu
padre
gleter
madre
meme
gente
het
mi
ma
zorrino
kel
pais
chu
cacique
ya
sur
tehuel
cabeza
ageka
lengua
auenk
diente
abaye
ojo
atelk
mano
agachkask
agua
yagep
fuego
abuakek
sol
apiubuk
tierra
atek
casa
abvai
yo
kua
tu
keman
En su origen eran cazadores de venados, ñandúes y guanacos. También eran recolectores de frutos y semillas silvestres, que molían para hacer harina. Se vestían con una manta llamada patagónica o quillango.
Eran individuos de alta estatura, algo más que la mediana europea, morenos y de cuerpos robustos, de cabeza alargada alta y maciza. Sus vestidos, según un cronista (1643) "es una pampanilla que usan por la decencia y un pellón que le sirve de capa larga, todo lo demás del cuerpo desnudo". La pampanilla era prenda femenina, los hombres usaban taparrabo en forma triangular, ambos de cuero de distintos animales, pero especialmente de zorro, guanaco o nutria cocidos entre sí, posteriormente se usó el cuero de caballo que una vez sobado lo usaban hombres y mujeres.
Solían pintar su rostro y cuerpo de diferentes colores. Los viudos y en especial las viudas se pintaban la cara de negro en señal de duelo. No se ha señalado el uso de tatuaje. Según el padre Rosales (1666) en algunos lugares cubrían su cuerpo con arcilla mezclada con hierbas como defensa del sol y los mosquitos.
La vivienda de los Pampas primitivos es el típico toldo de la llanura que persiste en siglos posteriores. Cuando escaseaba el ganado en la Pampa se utilizaba en su construcción ramas y otros materiales deleznables. El padre Ovalle (1643) dice: "en un instante con cuatro palillos, una media ramada mal cubierta con algunas ramas y yerbas o algún cuero de vaca o caballo o de tres animales antiguos Pampas".
Sus armas fueron la boleadora, el arco y la flecha, algunos misioneros citan el uso de la honda. Las boleadores de estos indios eran de dos bolas con surco, atadas con un tiento de cuero, de unos diez pies de largo, una de ellas más pequeña que servía de manijera. También se cita la boleadora retobada en cuero. Las puntas de flechas las hacían de pedernal, cuarzo y ópalo, materiales que se encuentran en todos los paraderos de la zona, aún cuando no sean del lugar. También es frecuente encontrarlas de madera.
La industria de la piedra alcanzó gran importancia empleándose la técnica de la piedra tallada o de la piedra pulida. El indígena tomaba un canto rodado o un trozo de roca de las citadas y que constituía el núcleo, lo apoyaba sobre otra piedra que servía de yunque, o tomado fuertemente en la mano, sobre uno de sus lados más planos aplicaba un fuerte golpe con otro canto rodado que constituía el percutor. De esta manera iba desprendiendo del núcleo las llamadas láminas que retocadas y trabajadas con pequeños golpes y presiones originaban raspadores, cuchillos y puntas de flechas. Para los objetos de piedra pulida realizaban un trabajo similar que luego pulían con otra roca dura. Para las superficies esféricas perfectamente pulidas, tales como boleadoras y cabezas de hachas, el pulimento se hizo dentro de cavidades esféricas de rocas o pequeños morteros al efecto. Otros objetos de piedra característicos son:
Perforadores: Pequeñas piedras con punta aguda que usaban para perforar y luego coser los cueros.
Raspadores: Especie de cuchillos con filo por un solo lado, servía para descarnar los cueros.
Sobadores: Piedras cónicas con un fuerte ensanchamiento en su base, servía para sobar los cueros secos.
Morteros: Los granos eran reducidos a harina en morteros de piedra, los hay de varios tipos. Durante los primeros años de la colonia, los españoles continuaron usando este procedimiento. Las manos de estos morteros se hicieron con piedras alargadas que en algunos casos han sido perfectamente pulidas hasta cilindradas.
Las conanas eran también destinadas a la molienda de granos, se construían de lajas, aplanadas que con el uso adquirieron una concavidad en su parte media, en algunos casos, su continuo uso llegó a perforar la conana.
En los últimos tiempos los Pampas conocerían también la alfarería que habían adoptado de los pueblos vecinos. Al adoptar el caballo dejarían de hacer cerámica. Pues la alfarería no suele ser de mucho provecho. En cambio la cestería se practicaba intensamente haciendo cestos tan apretados que podían contener agua en ellas.
Los pampas eran grandes caminadores y tragadores de leguas. De esa cualidad física nos dan cuenta los primeros conquistadores que entraron en contacto con ellos. La caza se realizaba a pie, siguiendo a los animales hasta cansarlos, pasando en ello dos o tres días sin parar. En estas cacerías no tomaban agua ni comían, solo bebían la sangre de los animales que cazaban.
Los Pampas eran por naturaleza nómades. El padre Ovalle, que en la primera mitad del siglo XVII atravesara la Pampa en dos ocasiones, describe en esta forma el nomadismo de nuestros indios: "...juzgan por el mayor bien de todos el absoluto y libre albedrío: Vivir hoy en este lugar, mañana en el otro, ahora me da gusto gozar de la rivera y frescura de este río y en cansándome de él paso a otro, quiero vivir un poco en los bosques y soledades, y dándome el gusto sus sombras salgo a los alegres prados y valles, aquí me entretiene la caza, allá la pesca, aquí gozo de la fruta que lleva esta tierra y en acabándoseme me paso a otra, donde comienzan a madurar los que ella lleva, voy donde quiero sin dejar en ninguna parte prenda que me tire, que suelen ser espinas que de lejos atormenta, no temo malas nuevas porque no dejo atrás cosa que pueda perder, conmigo lo llevo todo, y con mi mujer y mis hijos, que me siguen donde voy no me falta nada".
Fuera de la carne de los animales que cazaban los Pampas, se alimentaban también de la recolección de productos agrestes de origen animal y vegetal. El padre Ovalle nos cuenta que pegaban fuego a los pajonales cuando en ellos había mucha langosta y así la tostaban. Luego la molían y hacían con su pasta una especie de pan. Preparaban bebidas fermentadas y usaban el cebil masticando sus hojas, como en el altiplano la coca. No nos ha llegado noticia del uso del tabaco o similares.
La vida espiritual de estos indígenas se reducía a algunas danzas de carácter ritual de las cuales no hay referencias concretas. Vivían agrupados en pequeñas tribus independientes unas de otras, con caciques cuya autoridad y origen nada se sabe.
De sus ideas religiosas poco en concreto se sabe. Creían en Soichu, antes de todo lo bueno, venerada sin culto ni ceremonia aparente; y Gualichu que era la causa de toda adversidad, sequías, denotas, enfermedad. Cada aldea tenía su mago o shaman y cuando éste asistía a algún enfermo llevaba en su boca algo nauseabundo que luego de chupar el cuerpo del enfermo escupía y decía que ello era la causa del mal que acababa de extraer.
Los Araucanos, es el último elemento indígena que se estableció en el país, en un proceso no muy bien estudiado. Habitaban primitivamente Chile, con la conquista y colonización española de la parte Norte y Central del país se refugiaron al Sur del mismo y de allí a través de los pasos cordilleranos llegaron al territorio argentino. Esta infiltración comenzó dos siglos atrás por lo que puede decirse que es relativamente reciente. Los Araucanos de Chile, para sostener sus guerras necesitaban del caballo de nuestras llanuras y Los Pampas se los proveían por intermediarios y tenían una tribu que habitaba las montañas, Los Puelches, que fueron los primeros en sufrir la influencia araucana. La expansión araucana se extendió posteriormente a nuestras pampas. El primer dato concreto sobre los Araucanos en el país se obtiene en 1708. En esa fecha hubo una concentración de indios de tal origen, en el lugar llamado Las Pulgas, hoy Mercedes. La reunión tuvo consecuencias y de la investigación realizada por las autoridades consta que algunos caciques Puelches habían traído "aucáes" e indios de la guerra de Chile.
Al comienzo, los Araucanos constituyeron núcleos aislados, a veces rivales, pero una vez dominado todo el territorio, se unieron, aunque no formaron una sola nación con un jefe único. Se formaron cuatro grupos Araucanos principales. Los Puelches que ocupaban la parte de la cordillera y el espacio que media entre el norte del río Diamante y el Limay por el sur. Seguidamente, al este del Salado, estaban los Ranqueles. Eran los ocupantes de la región del monte. Su centro principal era Lebucó. Con sus famosos caciques Yanquetruz y Painé. Al este y al sur de los anteriores estaba el Grupo de las Salinas Grandes. Vivían junto a las lagunas o cursos de agua, donde disponían sus toldos, y éstos eran de forma cuadrangular.
¿Qué es lo que sucedió con los antiguos Pampas?
Según Rubén GUAMAN CARRASCO, aquellos que dominaban esa vasta llanura de la provincia de Buenos Aires y La Pampa Seca, aquellos que conocieron los fundadores de la ciudad de Buenos Aires, aquella raza india tan antigua no tenía nada que ver con los (llamados pampas) que exterminó el general Roca en 1879. Sucedió que a principios del 1800, la antigua población pampa que hasta entonces dominara en la inmensa llanura comenzó a desaparecer, siendo reemplazada por otra de caracteres distintos y de estirpe Araucana o Mapuche. Tanto por tradición como por tener el mismo hábitat de la antigua, la población nueva siguió siendo llamada "Pampa" por los vecinos de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y San Luis, asentadas en la periferia de sus dominios. Dos cosas favorecieron la perduración del nombre. Primero que eran poblaciones nómades sin asiento fijo (es bueno recordar que este fenómeno de sustitución étnica acá en nuestro país se llamó Araucanización de la pampa y Patagonia). El segundo, que la sustitución étnica de nuestros pampas originales fue un proceso gradual, apenas perceptible. Al principio, los mapuches estaban en su hábitat del Neuquén y río Negro, es evidente que la necesidad por el ganado cimarrón y los caballos llevó a ese pueblo a emigrar hacia la provincia de Buenos Aires y La Pampa. Finalmente los escasos restos de la antigua población pampa se fueron diluyendo en el siglo XVIII en la masa inmigratoria siempre creciente de la nueva población Araucana o Mapuche. Otro motivo del desconocimiento del fenómeno de la sustitución, la dio el hecho que la antigua población blanca de la ciudad no frecuentaba las inmensidades de la pampa; es por eso que la sustitución de la vieja población pampa por la nueva de origen mapuche se produjo lejos de los ojos de los vecinos de las ciudades. Lo que sí percibían estos vecinos era que, cuando tenían que penetrar en la inmensidad en busca de sal o de cueros, se daban cuenta de que la región aparecía cada vez mas infestada de indios foráneos y belicosos que llamaron "Aucaes" (alzados), pero no tenían ni idea de la sustitución étnica que se estaba produciendo. La individualización de los grupos se hacía a través de los caciques. Ésto dificultaba la distinción, máxime cuando los nuevos dueños de la llanura adoptaron desde un principio un género de vida parecido al de los antiguos ocupantes pampas. De manera que ya en el 1800 se había borrado el recuerdo, si es que alguna vez haya existido, de la pretérita existencia en la pampa de indios que no eran mapuches. Sin mayor examen se admitía que la población de esa estirpe entonces existente en la región, había estado siempre allí. Entonces ¿quiénes eran los antiguos pampas? La respuesta tal vez más cercana la da el explorador Francisco P. Moreno en 1875, cuando encuentra en el norte de la Patagonia un grupo de indios que hablaban una lengua que no era Mapuche ni Tehuelche, y que le manifiestan que sus antepasados habían otrora habitado en las sierras bonaerenses. Moreno cree de pronto hallarse ante los últimos restos de los antiguos pampas, de cuya existencia, según el mismo dice, en su tiempo, se dudaba, confundiéndolos con los indios de raza mapuche que habitan Salinas Grandes. Y después se supo que lo que Moreno vio eran Puelches-Guenaken o sea descendientes directos de nuestros antiguos pampas. Estos eran un conjunto de parcialidades que tenían como hábitat las inmensas llanuras de las que tomaron el nombre, y que se extendía desde el Atlántico al desaguadero del río Salado; desde el sur de la ciudades de San Luis, Río Cuarto y Río Tercero hasta las inmediaciones de las sierra del sur de Buenos Aires, se conoció que poseían una lengua propia diferente a los querandíes de la costa del río de la plata, esta lengua fue clasificada como idioma HET, que no era más que puelche-guenaken. Restos fósiles de estos antiguos pampas fueron encontrados por Florentino Ameghino en Arroyo Seco y en Arrecifes. Tenían dos deidades religiosas, eran animistas (creían en el alma) esas deidades eran CHACHAO también llamado Soychu, que era el bueno y GUALICHO que era el mal o diablo. Este concepto era común a los demás pueblos del sur, y al extenderse con el caballo la influencia pampa por los pueblos vecinos, llególes también a ellos, e incluso a los Mapuches que después lo adoptaron, pero esos nombres son puros y exclusivamente Pampas (en lengua Het o guenaken). A pesar de pasar tanto tiempo de estos sucesos han quedado unos pocos vestigios de aquella extinta lengua nativa Pampa.
Ejemplos: cerro
casu
padre
gleter
madre
meme
gente
het
mi
ma
zorrino
kel
pais
chu
cacique
ya
sur
tehuel
cabeza
ageka
lengua
auenk
diente
abaye
ojo
atelk
mano
agachkask
agua
yagep
fuego
abuakek
sol
apiubuk
tierra
atek
casa
abvai
yo
kua
tu
keman
martes, 27 de noviembre de 2007
Pueblos Originarios Argentinos - LOS HUARPES
¿Por qué Huarpe?
Hay dos líneas de interpretación:
• Por un lado el término "HUARPE" tiene mucho que ver con el nombre propio de la divinidad principal de ese pueblo, que era HUNUC HUAR. La partícula "pe" se encuentra presente en muchas palabras relacionadas con situaciones de parentesco por consanguinidad. De ser esto cierto, se podría traducir el término "huarpe" como "pariente de Huar". Podría interpretarse que ellos se consideraban descendientes directos de la divinidad o bien que participaban del alma de la deidad principal. Se considerarían como un pueblo elegido por los dioses.
• El Warpe era el vocablo con que se asignaba al autónomo de la región, que hoy se llama "Provincias de Cuyo".
En el Arte y Vocabulario de la lengua en general del Reino de Chile, obra escrita por Andrés Fabres (Lima 1765) hallamos que la etimología de la palabra "Cuyo", país que habitaban los "Huarpes" significa en el idioma araucano Cuyum puulli, tierra arenisca, naturales de que participa este suelo; pero de aquí no se desprende que los "Huarpes" traigan su origen de los "Araucanos", pues en el idioma "Quichua" la palabra "Cuyo" significa: Vasallos de los monarcas del Perú:
Cuyum - Chez (gente de los arenales)Puel - Chez (gente del este)Picum - Chez (gente del norte)Guilli - Chez (gente del oeste) Cosmovisión
Adoran al sol, a la luna, al lucero del alba, a los cerros y a un demonio denominado Huana o Hane. Creen en una divinidad principal llamada Hunuc - Huar, cuya morada celestial estaba en la cordillera de los Andes.
Cuenta Pascuala Carrizo Guakinchay: " En estos pagos (San Luis) de la Nación Huarpe, existía hasta hace un tiempo una antigua creencia: Dicen que cuando había un eclipse de luna las mujeres molían sal durante toda la noche, porque creían que la luna moría, y este era el modo de resucitarla, talvez era acompañada de alguna "rogativa" de las mujeres, que se perdió en el tiempo, en ese afán de incorporar la nueva cultura que se les imponía. En siglo pasado eran muy comunes las "mandas" a San Vicente, una fiesta para pedir lluvias. Los pobladores de esta región desértica de Cuyo llevaban al Santo hasta el "bordo" de una represa o a una chacra; debajo de algún viejo algarrobo se le improvisaba un altar con reparo del viento y se le ofrecía un vaso de agua y otro de vino. El Dueño de la "manda" (promesante) medía tres dedos en una vela y realizaba una marca con una piola o lana de color; se encendía la vela y comenzaba el baile sin parar mientras duraba encendida hasta la marca; los guitarreros a un costado del Santo interpretaban sólo cuecas y gatos, y adultos y niños bailaban descalzos continuamente. Dicen que seguro, llovía!".
Sobre su origen:
La leyenda cuenta que en este lugar hace mucho tiempo existió un lago y a sus orillas se asentó la cultura Huarpe , que utilizaba estas aguas para su sustento. Ellos tenían un Dios que vivía en lo más alto de la Cordillera (Mercedario 6770 mts.), su nombre era Hunuc-Huar . Él, desde allí, observaba todo lo que ellos hacían.
Los Huarpes empezaron a quejarse por las condiciones del lugar, por el viento (llamado conchabado porque viene todos los días) y por el barro que se formaba a las orillas del lago que les hacía imposible caminar ya que se les pegaba a los pies.
Al ver Hunuc- Huar la actitud de esta tribu decidió secar el lago y convertirlos en Jumel a monte de vidriera (es un monte que se encuentra agrupado por sectores); éste fue el castigo que ellos recibieron.
Las personas que han estado de noche en este lugar cuentan que, cuando está corriendo el viento (conchabado) se puede escuchar el gemido y llanto de los Huarpes, hoy convertidos en Jumel. Esto significa que ellos piden a su Dios el perdón para poder volver.
Lengua
Alguna vez se oye decir ha, hé (nasal) para significar que sí, y de nombres propios apenas se conocen dos o tres, como Tocota, Guanizuil, Riquilipunchis.
Nombres de personas en Cuyo que reconocen el mismo origen: Sayanca (Inca Huarpe de Huanacache) y Guaymallén, caciques que fueron unos de los más beneméritos fundadores de Mendoza, también pueden citarse Talquenque, Huaquinchay, Llaucuma, Tucuma, Cautacalá, Hallay, Turcupillán, Turinamon, Aucanamon, Llancarcu, Chapanay, Maulicao, Quilalibó, Panquehua.
He aquí una parte del vocabulario huarpe: Age-yag: mujerCuyum - arenaEge: madera, paloEnia-manen: irGuilli - oesteHé-hé: síHogue: bocaJelú: solKaha: aguaAkkaslla: doncellaAmta: dueñoChe-ché: a dóndeChez - genteChez: lunaChiz: cielo
Hay dos líneas de interpretación:
• Por un lado el término "HUARPE" tiene mucho que ver con el nombre propio de la divinidad principal de ese pueblo, que era HUNUC HUAR. La partícula "pe" se encuentra presente en muchas palabras relacionadas con situaciones de parentesco por consanguinidad. De ser esto cierto, se podría traducir el término "huarpe" como "pariente de Huar". Podría interpretarse que ellos se consideraban descendientes directos de la divinidad o bien que participaban del alma de la deidad principal. Se considerarían como un pueblo elegido por los dioses.
• El Warpe era el vocablo con que se asignaba al autónomo de la región, que hoy se llama "Provincias de Cuyo".
En el Arte y Vocabulario de la lengua en general del Reino de Chile, obra escrita por Andrés Fabres (Lima 1765) hallamos que la etimología de la palabra "Cuyo", país que habitaban los "Huarpes" significa en el idioma araucano Cuyum puulli, tierra arenisca, naturales de que participa este suelo; pero de aquí no se desprende que los "Huarpes" traigan su origen de los "Araucanos", pues en el idioma "Quichua" la palabra "Cuyo" significa: Vasallos de los monarcas del Perú:
Cuyum - Chez (gente de los arenales)Puel - Chez (gente del este)Picum - Chez (gente del norte)Guilli - Chez (gente del oeste) Cosmovisión
Adoran al sol, a la luna, al lucero del alba, a los cerros y a un demonio denominado Huana o Hane. Creen en una divinidad principal llamada Hunuc - Huar, cuya morada celestial estaba en la cordillera de los Andes.
Cuenta Pascuala Carrizo Guakinchay: " En estos pagos (San Luis) de la Nación Huarpe, existía hasta hace un tiempo una antigua creencia: Dicen que cuando había un eclipse de luna las mujeres molían sal durante toda la noche, porque creían que la luna moría, y este era el modo de resucitarla, talvez era acompañada de alguna "rogativa" de las mujeres, que se perdió en el tiempo, en ese afán de incorporar la nueva cultura que se les imponía. En siglo pasado eran muy comunes las "mandas" a San Vicente, una fiesta para pedir lluvias. Los pobladores de esta región desértica de Cuyo llevaban al Santo hasta el "bordo" de una represa o a una chacra; debajo de algún viejo algarrobo se le improvisaba un altar con reparo del viento y se le ofrecía un vaso de agua y otro de vino. El Dueño de la "manda" (promesante) medía tres dedos en una vela y realizaba una marca con una piola o lana de color; se encendía la vela y comenzaba el baile sin parar mientras duraba encendida hasta la marca; los guitarreros a un costado del Santo interpretaban sólo cuecas y gatos, y adultos y niños bailaban descalzos continuamente. Dicen que seguro, llovía!".
Sobre su origen:
La leyenda cuenta que en este lugar hace mucho tiempo existió un lago y a sus orillas se asentó la cultura Huarpe , que utilizaba estas aguas para su sustento. Ellos tenían un Dios que vivía en lo más alto de la Cordillera (Mercedario 6770 mts.), su nombre era Hunuc-Huar . Él, desde allí, observaba todo lo que ellos hacían.
Los Huarpes empezaron a quejarse por las condiciones del lugar, por el viento (llamado conchabado porque viene todos los días) y por el barro que se formaba a las orillas del lago que les hacía imposible caminar ya que se les pegaba a los pies.
Al ver Hunuc- Huar la actitud de esta tribu decidió secar el lago y convertirlos en Jumel a monte de vidriera (es un monte que se encuentra agrupado por sectores); éste fue el castigo que ellos recibieron.
Las personas que han estado de noche en este lugar cuentan que, cuando está corriendo el viento (conchabado) se puede escuchar el gemido y llanto de los Huarpes, hoy convertidos en Jumel. Esto significa que ellos piden a su Dios el perdón para poder volver.
Lengua
Alguna vez se oye decir ha, hé (nasal) para significar que sí, y de nombres propios apenas se conocen dos o tres, como Tocota, Guanizuil, Riquilipunchis.
Nombres de personas en Cuyo que reconocen el mismo origen: Sayanca (Inca Huarpe de Huanacache) y Guaymallén, caciques que fueron unos de los más beneméritos fundadores de Mendoza, también pueden citarse Talquenque, Huaquinchay, Llaucuma, Tucuma, Cautacalá, Hallay, Turcupillán, Turinamon, Aucanamon, Llancarcu, Chapanay, Maulicao, Quilalibó, Panquehua.
He aquí una parte del vocabulario huarpe: Age-yag: mujerCuyum - arenaEge: madera, paloEnia-manen: irGuilli - oesteHé-hé: síHogue: bocaJelú: solKaha: aguaAkkaslla: doncellaAmta: dueñoChe-ché: a dóndeChez - genteChez: lunaChiz: cielo
martes, 20 de noviembre de 2007
Argentina Negra
LA PRESENCIA AFRICANA EN LA ARGENTINA
*
La presencia de población africana en la Argentina, junto con su descendencia, ha sido un dato frecuentemente soslayado en la realidad nacional. Sin embargo, el aporte afro a la cultura, a la identidad y a la sociedad ha sido constante e ininterrumpido desde los orígenes del país como nación, incluso varios siglos antes.
El mecanismo a través del cual la población africana ingresó en masa en Latinoamérica fue el infamante tráfico de hombres y mujeres esclavizados en las rutas del océano Atlántico, entre los siglos XV y XIX.
La razón de esta forzada y vergonzante migración fue servir a las necesidades de mano de obra de los colonos europeos: hasta el siglo XIX, la plantación agrícola y la minería constituyeron las bases de la economía iberoamericana y, a través de éstas, el sustento para las coronas española y portuguesa. Trabajar con sus propias manos era la última posibilidad prevista por los colonizadores para sí mismos.
Estos últimos se volcaron a los africanos por su experiencia milenaria tanto en la minería y el trabajo artesanal con metales, como en la plantación agrícola.
Por otro lado, a diferencia de los amerindios, los africanos ya habían estado expuestos a las "zonas epidemiológicas" del mundo conocido por los europeos hasta el momento, adquiriendo cierta inmunidad a enfermedades tropicales tales como la fiebre amarilla y la malaria; y a enfermedades comunes en Europa como la viruela.
Además, al no estar protegidos por las tradiciones legales comunes a los europeos -que se consideraban a sí mismos seres humanos "civilizados" y al resto, poco menos que animales o bárbaros- los africanos pudieron ser reducidos sin apelación legal o moral a una disciplina brutal y sanguinaria. La América hispánica y portuguesa arrebató y esclavizó seres humanos principalmente de Africa Occidental, constituyendo la Islas de Cabo Verde el entrepuesto de comercio humano más importante hasta el siglo XVII, época en que comenzó a traficarse directamente desde las costas africanas hacia las Américas y el Caribe.
Los individuos provenientes de Guinea Septentrional y Meridional fueron mayoría (aunque no absoluta) en el Caribe y América Central; de la misma manera, los Yoruba y Ewe (de Nigeria y Togo), en Brasil. Los angoleños y congoleños (pertenecientes a la vasta familia lingüística bantú) fueron los grupos mayoritarios en Chile, Perú, Uruguay y Argentina.
En síntesis, alrededor de 12.000.000 de africanos desembarcaron en Latinoamérica. Buenos Aires y Montevideo se constituyeron en los puertos más importantes del Atlántico Sur, y surtieron todo el interior de Sudamérica mediante puertos de transferencia en Valparaíso y Río de Janeiro.
Si se efectúa el cálculo de que por cada africano que llegaba vivo a las Américas, cinco perecían por inanición, diarreas, deshidratación, suicidios o castigos diversos, se halla que el tráfico esclavista le provocó a Africa una sangría de más de 60.000.000 de personas; y a Europa, su extraordinaria expansión industrial y económica.
Nuestro país
En el caso de la República Argentina, los africanos esclavizados, hombres y mujeres, fueron utilizados en las tareas rurales, la ganadería, las labores artesanales y en el trabajo doméstico. Las familias propietarias de esclavos los hacían trabajar fuera de la casa como talabarteros, pasteleros, ebanistas, plateros, lavanderas, peones o maestros de música; y con lo que éstos percibían, se mantenía el tren de vida de la oligarquía criolla.
Durante la Gobernación de Juan Manuel de Rosas pareció verificarse un cierto auge de la comunidad negra de Buenos Aires, que rondaba alrededor del 30% de la población total. El Gobernador asistía regularmente con su familia a los candombes negros. Esta era una de las escasas formas culturales que les era permitida manifestar a los africanos y sus descendientes, los afroargentinos, en tanto que los actos de resistencia eran cruelmente castigados.
Datos del período colonial revelan cifras que hoy pueden parecer increíbles: en el censo de 1778 se consigna que en el noroeste argentino, en la zona de Tucumán el 42% de la población era negro; en Santiago del Estero la proporción era del 54%. En Catamarca, para esa misma época, el porcentaje de la población negra era del 52%; en Salta, el 46%; en Córdoba, el 44%; en Mendoza, el 24%; en La Rioja, el 20%; en San Juan, el 16%; en Jujuy, el 13%; en San Luis, el 9%.
A lo largo del siglo XIX, se verifica un decrecimiento sostenido de los africanos y afrodescendientes, hasta que hacia fines de ese mismo siglo, el ingreso masivo de la inmigración "blanca" europea (propiciada por la Constitución Nacional, en su artículo 25) hará bajar drásticamente, en términos relativos, la población negra e indígena en todo el país.
De esta manera, en los documentos oficiales, la gama de la población anteriormente denominada "negra", "parda", "morena", "de color", pasó a determinarse como "trigueña", vocablo ambiguo que puede aplicarse a diferentes grupos étnicos o a ninguno.
El período que va de 1838 a 1887, en los registros oficiales, es crucial en este proceso que los miembros de las organizaciones afroargentinas definen como de "desaparición artificial", ya que para fines de 1887 el porcentaje oficial de negros es de 1,8%. A partir de ese período, ya no se informa sobre este dato en los censos.
Contribuciones de los descendientes de africanos
Es sumamente importante señalar que, si bien la disminución de la población negra es un hecho real y obedece a múltiples causas, no es legítimo hablar de la "desaparición de los negros", como lo vienen haciendo las clases dirigentes, los medios de comunicación y la sociedad en general, desde fines del siglo XIX, y durante todo el siglo XX.
Ya muy tempranamente, como lo es 1845, Domingo F. Sarmiento se apresura a festejar el "bajísimo número de miembros de este grupo en la Argentina". Esta tendencia se patentiza y asume como misión de estado con la Generación del '80, integrada por Bartolomé Mitre y Julio A. Roca, entre otros.
La idea era la de "blanquear " a la población como requisito par el desarrollo y el progreso del territorio, recurriendo al fomento (desde la Constitución) de la población blanca y europea, a la restricción de la población africana o asiática, y además a la negación de la propia realidad negra dentro del país.
Los africanos y la Independencia.
Los africanos y sus descendientes participaron en todas las acciones bélicas de la Argentina: en vigencia de la esclavitud, llegó a ellas compulsivamente por medio de la "Ley de Rescate" que obligaba a los propietarios a ceder dos de cada cinco de sus esclavos para el sevicio de las armas. También, por la promesa de libertad si prestaba cinco años de servicio militar.
Su incorporación fue paulatina, en tropas regulares e irregulares, ocupando siempre los puestos más peligrosos en el campo de batalla, desempeñando las tareas más desagradables en el mantenimiento y sufriendo a menudo la humillación y el escarnio por su condición de esclavizado.
En 1801, se reglamentaron las formaciones milicianas con negros, a las que se denominó Compañía de Granaderos de Pardos y Morenos. Cuando en 1806 se produce la primera invasión inglesa a Buenos Aires, la participación del hombre negro en la defensa de la ciudad es fundamental. Cuando San Martín regresó de España para servir a su patria, en 1812, su primera misión fue organizar el Regimiento de Granaderos a Caballo. A fines de ese año, se hizo cargo del Ejército del Norte: sus tropas se componían de 1.200 hombres, de los cuales 800 eran negros libertos, es decir, esclavos "rescatados" por el Estado para el servicio de las armas.
La frase de San Martín, luego de recorrer el campo de batalla de Chacabuco -"Pobres Negros!!"- da cuenta de los innumerables cadáveres de quienes habían pertenecido al Batallón Nº 8, compuesto por Los libertos "rescatados" de Cuyo.
Décadas después, con la Nación ya pacificada, era común encontrar en las calles de Buenos Aires y de otras ciudades del resto del país, a los negros viejos, antiguos combatientes, pidiendo limosna para sobrevivir. Sus mujeres vendían mazamorra, pasteles, pan casero; eran también lavanderas y amas de leche.
Las nuevas corrientes migratorias de origen europeo, estimuladas por el Estado, desplazaron lentamente a los afro, quienes fueron replegándose hacia áreas alejadas de los grandes centros urbanos, olvidados por la sociedad a la que dieron su vida, su sangre y sus hijos.
Esta situación, entre otras, generó la falsa idea de que habían desaparecido. Si el hecho de haber participado en las confrontaciones bélicas provocó un gran decrecimiento de la población afroargentina, y si a principios del siglo XX, se veían pocos integrantes de ésta en los grandes centros urbanos, no es lícito hablar de desaparición de los negros, como lo vienen haciendo muchos propagadores de ideas, de manera superficial y sin rigor científico.
Los africanos y la cultura.
A pesar de tanta adversidad, los afro dejaron una impronta indeleble en todos los aspectos y estamentos de la sociedad argentina.
Estuvieron en el origen de formas populares como la payada (recordar al talentosísimo Gabino Ezeiza ), el tango, la milonga y la chacarera. Aportaron infinidad de palabras al castellano del Río de la Plata, enriqueciéndolo: batuque, bombo, bujía, cafúa, conga, candombe, dengue, malambo, mandinga, mondongo, mucama, tarima, tamango, marote, etc.
En la época de la colonia actuaron frecuentemente en el teatro y en el circo. Luis Ambrosio Morante fue un actor afroargentino que abrazó los ideales de la independencia, utilizando el escenario como vehículo de propaganda. Hubo además destacados pianistas, como el maestro Navarro, y grandes compositores como Rosendo Mendizáabal, autor del tango "El Entrerriano", Cayetano Silva, autor de la marcha de San Lorenzo, etc.
En otros aspectos de la cultura popular, como la culinaria, encontramos la incorporación de las achuras y el mondongo a la alimentación, la mazamorra, el locro, el dulce de leche, etc.
En la religiosidad, la veneración de San Baltasar y San Benito. También, la figura del "Negro Manuel" el esclavo de la Virgen de Luján.
Los descendientes actuales de aquellos negros merecen el reconocimiento que tantas veces se les ha negado.
*.
*
La presencia de población africana en la Argentina, junto con su descendencia, ha sido un dato frecuentemente soslayado en la realidad nacional. Sin embargo, el aporte afro a la cultura, a la identidad y a la sociedad ha sido constante e ininterrumpido desde los orígenes del país como nación, incluso varios siglos antes.
El mecanismo a través del cual la población africana ingresó en masa en Latinoamérica fue el infamante tráfico de hombres y mujeres esclavizados en las rutas del océano Atlántico, entre los siglos XV y XIX.
La razón de esta forzada y vergonzante migración fue servir a las necesidades de mano de obra de los colonos europeos: hasta el siglo XIX, la plantación agrícola y la minería constituyeron las bases de la economía iberoamericana y, a través de éstas, el sustento para las coronas española y portuguesa. Trabajar con sus propias manos era la última posibilidad prevista por los colonizadores para sí mismos.
Estos últimos se volcaron a los africanos por su experiencia milenaria tanto en la minería y el trabajo artesanal con metales, como en la plantación agrícola.
Por otro lado, a diferencia de los amerindios, los africanos ya habían estado expuestos a las "zonas epidemiológicas" del mundo conocido por los europeos hasta el momento, adquiriendo cierta inmunidad a enfermedades tropicales tales como la fiebre amarilla y la malaria; y a enfermedades comunes en Europa como la viruela.
Además, al no estar protegidos por las tradiciones legales comunes a los europeos -que se consideraban a sí mismos seres humanos "civilizados" y al resto, poco menos que animales o bárbaros- los africanos pudieron ser reducidos sin apelación legal o moral a una disciplina brutal y sanguinaria. La América hispánica y portuguesa arrebató y esclavizó seres humanos principalmente de Africa Occidental, constituyendo la Islas de Cabo Verde el entrepuesto de comercio humano más importante hasta el siglo XVII, época en que comenzó a traficarse directamente desde las costas africanas hacia las Américas y el Caribe.
Los individuos provenientes de Guinea Septentrional y Meridional fueron mayoría (aunque no absoluta) en el Caribe y América Central; de la misma manera, los Yoruba y Ewe (de Nigeria y Togo), en Brasil. Los angoleños y congoleños (pertenecientes a la vasta familia lingüística bantú) fueron los grupos mayoritarios en Chile, Perú, Uruguay y Argentina.
En síntesis, alrededor de 12.000.000 de africanos desembarcaron en Latinoamérica. Buenos Aires y Montevideo se constituyeron en los puertos más importantes del Atlántico Sur, y surtieron todo el interior de Sudamérica mediante puertos de transferencia en Valparaíso y Río de Janeiro.
Si se efectúa el cálculo de que por cada africano que llegaba vivo a las Américas, cinco perecían por inanición, diarreas, deshidratación, suicidios o castigos diversos, se halla que el tráfico esclavista le provocó a Africa una sangría de más de 60.000.000 de personas; y a Europa, su extraordinaria expansión industrial y económica.
Nuestro país
En el caso de la República Argentina, los africanos esclavizados, hombres y mujeres, fueron utilizados en las tareas rurales, la ganadería, las labores artesanales y en el trabajo doméstico. Las familias propietarias de esclavos los hacían trabajar fuera de la casa como talabarteros, pasteleros, ebanistas, plateros, lavanderas, peones o maestros de música; y con lo que éstos percibían, se mantenía el tren de vida de la oligarquía criolla.
Durante la Gobernación de Juan Manuel de Rosas pareció verificarse un cierto auge de la comunidad negra de Buenos Aires, que rondaba alrededor del 30% de la población total. El Gobernador asistía regularmente con su familia a los candombes negros. Esta era una de las escasas formas culturales que les era permitida manifestar a los africanos y sus descendientes, los afroargentinos, en tanto que los actos de resistencia eran cruelmente castigados.
Datos del período colonial revelan cifras que hoy pueden parecer increíbles: en el censo de 1778 se consigna que en el noroeste argentino, en la zona de Tucumán el 42% de la población era negro; en Santiago del Estero la proporción era del 54%. En Catamarca, para esa misma época, el porcentaje de la población negra era del 52%; en Salta, el 46%; en Córdoba, el 44%; en Mendoza, el 24%; en La Rioja, el 20%; en San Juan, el 16%; en Jujuy, el 13%; en San Luis, el 9%.
A lo largo del siglo XIX, se verifica un decrecimiento sostenido de los africanos y afrodescendientes, hasta que hacia fines de ese mismo siglo, el ingreso masivo de la inmigración "blanca" europea (propiciada por la Constitución Nacional, en su artículo 25) hará bajar drásticamente, en términos relativos, la población negra e indígena en todo el país.
De esta manera, en los documentos oficiales, la gama de la población anteriormente denominada "negra", "parda", "morena", "de color", pasó a determinarse como "trigueña", vocablo ambiguo que puede aplicarse a diferentes grupos étnicos o a ninguno.
El período que va de 1838 a 1887, en los registros oficiales, es crucial en este proceso que los miembros de las organizaciones afroargentinas definen como de "desaparición artificial", ya que para fines de 1887 el porcentaje oficial de negros es de 1,8%. A partir de ese período, ya no se informa sobre este dato en los censos.
Contribuciones de los descendientes de africanos
Es sumamente importante señalar que, si bien la disminución de la población negra es un hecho real y obedece a múltiples causas, no es legítimo hablar de la "desaparición de los negros", como lo vienen haciendo las clases dirigentes, los medios de comunicación y la sociedad en general, desde fines del siglo XIX, y durante todo el siglo XX.
Ya muy tempranamente, como lo es 1845, Domingo F. Sarmiento se apresura a festejar el "bajísimo número de miembros de este grupo en la Argentina". Esta tendencia se patentiza y asume como misión de estado con la Generación del '80, integrada por Bartolomé Mitre y Julio A. Roca, entre otros.
La idea era la de "blanquear " a la población como requisito par el desarrollo y el progreso del territorio, recurriendo al fomento (desde la Constitución) de la población blanca y europea, a la restricción de la población africana o asiática, y además a la negación de la propia realidad negra dentro del país.
Los africanos y la Independencia.
Los africanos y sus descendientes participaron en todas las acciones bélicas de la Argentina: en vigencia de la esclavitud, llegó a ellas compulsivamente por medio de la "Ley de Rescate" que obligaba a los propietarios a ceder dos de cada cinco de sus esclavos para el sevicio de las armas. También, por la promesa de libertad si prestaba cinco años de servicio militar.
Su incorporación fue paulatina, en tropas regulares e irregulares, ocupando siempre los puestos más peligrosos en el campo de batalla, desempeñando las tareas más desagradables en el mantenimiento y sufriendo a menudo la humillación y el escarnio por su condición de esclavizado.
En 1801, se reglamentaron las formaciones milicianas con negros, a las que se denominó Compañía de Granaderos de Pardos y Morenos. Cuando en 1806 se produce la primera invasión inglesa a Buenos Aires, la participación del hombre negro en la defensa de la ciudad es fundamental. Cuando San Martín regresó de España para servir a su patria, en 1812, su primera misión fue organizar el Regimiento de Granaderos a Caballo. A fines de ese año, se hizo cargo del Ejército del Norte: sus tropas se componían de 1.200 hombres, de los cuales 800 eran negros libertos, es decir, esclavos "rescatados" por el Estado para el servicio de las armas.
La frase de San Martín, luego de recorrer el campo de batalla de Chacabuco -"Pobres Negros!!"- da cuenta de los innumerables cadáveres de quienes habían pertenecido al Batallón Nº 8, compuesto por Los libertos "rescatados" de Cuyo.
Décadas después, con la Nación ya pacificada, era común encontrar en las calles de Buenos Aires y de otras ciudades del resto del país, a los negros viejos, antiguos combatientes, pidiendo limosna para sobrevivir. Sus mujeres vendían mazamorra, pasteles, pan casero; eran también lavanderas y amas de leche.
Las nuevas corrientes migratorias de origen europeo, estimuladas por el Estado, desplazaron lentamente a los afro, quienes fueron replegándose hacia áreas alejadas de los grandes centros urbanos, olvidados por la sociedad a la que dieron su vida, su sangre y sus hijos.
Esta situación, entre otras, generó la falsa idea de que habían desaparecido. Si el hecho de haber participado en las confrontaciones bélicas provocó un gran decrecimiento de la población afroargentina, y si a principios del siglo XX, se veían pocos integrantes de ésta en los grandes centros urbanos, no es lícito hablar de desaparición de los negros, como lo vienen haciendo muchos propagadores de ideas, de manera superficial y sin rigor científico.
Los africanos y la cultura.
A pesar de tanta adversidad, los afro dejaron una impronta indeleble en todos los aspectos y estamentos de la sociedad argentina.
Estuvieron en el origen de formas populares como la payada (recordar al talentosísimo Gabino Ezeiza ), el tango, la milonga y la chacarera. Aportaron infinidad de palabras al castellano del Río de la Plata, enriqueciéndolo: batuque, bombo, bujía, cafúa, conga, candombe, dengue, malambo, mandinga, mondongo, mucama, tarima, tamango, marote, etc.
En la época de la colonia actuaron frecuentemente en el teatro y en el circo. Luis Ambrosio Morante fue un actor afroargentino que abrazó los ideales de la independencia, utilizando el escenario como vehículo de propaganda. Hubo además destacados pianistas, como el maestro Navarro, y grandes compositores como Rosendo Mendizáabal, autor del tango "El Entrerriano", Cayetano Silva, autor de la marcha de San Lorenzo, etc.
En otros aspectos de la cultura popular, como la culinaria, encontramos la incorporación de las achuras y el mondongo a la alimentación, la mazamorra, el locro, el dulce de leche, etc.
En la religiosidad, la veneración de San Baltasar y San Benito. También, la figura del "Negro Manuel" el esclavo de la Virgen de Luján.
Los descendientes actuales de aquellos negros merecen el reconocimiento que tantas veces se les ha negado.
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martes, 30 de octubre de 2007
JOSÈ DE SAN MARTIN - BIOGRAFIA RESUMIDA
1778
El 25 de febrero nace José Francisco de San Martín en Yapeyú, el menor de cinco hermanos del matrimonio de Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras.
1780
El cacique José Gabriel Condorcanqui, bajo el nombre de Tupac Amaru encabeza una rebelión en el Alto Perú contra los abusos del poder español.
1781
Don Juan de San Martín regresa con su familia a Buenos Aires.
1783
La familia San Martín se traslada a España.
1784
La familia San Martín llega a Cádiz. Al poco tiempo se radican en Málaga.
1789
José de San Martín se incorpora como cadete al Regimiento de Infantería de Murcia, en España.
El 14 de julio estalla la Revolución Francesa que pondrá fin a siglos de absolutismo monárquico en Francia. Se pone fin a los privilegios de la nobleza y el clero que no pagaban impuestos y ocupaban los principales cargos en el gobierno. La Revolución se transforma en un ejemplo a imitar para los partidarios de la libertad y la justicia.
1791
Participa por primera vez en un combate, en Orán Norte de África.
Rebelión de los esclavos de Haití.
1793
Tras un intento de fuga, el rey Luis XVI es ejecutado en la guillotina.
1796
Muere su padre en Málaga. Caen los jacobinos y su líder, Robespierre, es ejecutado en la guillotina. La Revolución Francesa se torna más moderada. Comienzan las campañas y el ascenso de Napoleón Bonaparte. Alianza entre el reino de España y la República Francesa contra Gran Bretaña.
1797
Nace en Buenos Aires Remedios de Escalada, futura esposa de San Martín.
John Adams es electo como el segundo presidente de los EEUU.
1804
Napoleón es coronado Emperador.
San Martín se destaca por su valentía y coraje en Cádiz.
1806
Primera invasión inglesa al Río de la Plata al mando de William Carr Beresford.
San Martín participa en numerosos combates en Portugal y Andalucía
1807
Segunda invasión inglesa al mando de John Whitelocke. Tras la derrota de los ingleses es destituido el virrey Sobremonte y reemplazado por Santiago de Liniers, el primero y único virrey elegido por el pueblo por su notable actuación en la defensa de Buenos Aires. Napoleón invade Portugal y la corte portuguesa se traslada a Brasil.
1808
Napoleón invade España y obliga a abdicar al rey Carlos IV y a su hijo Fernando VII a favor de su hermano, José Bonaparte. El pueblo español se organiza para resistir la invasión francesa. San Martín participa activamente de la lucha. Se incorpora al Regimiento de Caballería de Borbón y es nombrado Teniente Coronel.
1809
En Buenos Aires un grupo de españoles encabezados por Martín Álzaga intenta derrocar a Liniers acusándolo, por su origen francés, de ser un agente de Napoleón. Liniers derrota la sublevación pero pocos meses después es reemplazado por un nuevo virrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros.
En el Alto Perú el pueblo se rebela contra el poder español en las ciudades de Chuquisaca y La Paz.
1810
San Martín se entera de que en su patria se ha producido la Revolución de Mayo y que hay un nuevo gobierno que se propone cambios profundos y decide volver a su patria.
En diciembre, tras la renuncia de Moreno, se forma la Junta Grande, que incorpora diputados del interior.
1811
Vicente López y Planes y Blas Parera crean el Himno Nacional Argentino.
Muere en alta mar Mariano Moreno.
San Martín solicita y obtiene el retiro del ejército español. Parte hacia Londres y desde allí se embarca hacia Buenos Aires. Cae la Junta Grande y se constituye el Primer Triunvirato integrado por Juan José Paso, Feliciano Chiclana y Manuel de Sarratea. Su secretario es Bernardino Rivadavia.
1812
San Martín llega a Buenos Aires junto a otros 17 militares americanos que habían militado en el ejército español. El 16 de marzo el Triunvirato le concede el grado de Teniente Coronel de Caballería. Crea el Regimiento de Granaderos a Caballo.
Funda junto a Carlos María de Alvear la Logia Lautaro, una organización secreta que se proponía luchar por la libertad de América. Contrae matrimonio con Remedios de Escalada. Participa en el derrocamiento del Primer Triunvirato por considerarlo impopular y centralista. Esto lo enfrentará de por vida con Rivadavia.
1813
El 3 de febrero se produce la victoria de San Lorenzo, bautismo de fuego de los granaderos.
El 3 de diciembre se lo nombra Jefe del Ejército del Norte en reemplazo del General Belgrano derrotado en Vilcapugio y Ayohuma.
Se reúne en Buenos Aires la Asamblea General Constituyente para dictar una constitución y declarar la Independencia. Estos objetivos no se logran pero la Asamblea logra aprobar los símbolos patrios, abolir los títulos de nobleza, el trabajo forzado de los indios, la destrucción de los instrumentos de tortura y la libertad de los esclavos nacidos a partir de ese año.
El 28 de marzo fallece en España su madre, Gregoria Matorras.
1814
Tras la derrota de Napoleón, Fernando VII vuelve al trono español y se propone recuperar las colonias americanas.
San martín se reúne con Belgrano en la Posta de Yatasto (Salta) y se hace cargo del Ejército del Norte. Concentra las tropas en Tucumán y encarga la defensa de la frontera Norte a Martín Miguel de Güemes a quien nombra Teniente Coronel. En mayo se deteriora su salud y se retira a Córdoba en compañía de su amigo Tomás Guido a recuperarse y preparar su plan continental: liberar a Chile y de allí embarcarse hacia el Perú y terminar con el poder realista en Lima (Perú).
En Buenos Aires, la Asamblea, dirigida por Alvear crea un poder ejecutivo unipersonal: el Directorio y es designado como primer director Gervasio Posadas, tío de Alvear, que nombra a San Martín como gobernador de Cuyo.
1815
Alvear, nombrado Director Supremo, ofrece a Inglaterra el protectorado sobre la Provincias Unidas del Río de la Plata. Todo el país se opone y se sublevan los ejércitos contra el Director que debe renunciar. San Martín rompe con Alvear y la Logia se divide entre los partidarios de uno y otro.
Napoleón es derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo.
1816
San Martín gobierna Cuyo fomentando la educación, la industria y la agricultura. Crea un sistema impositivo equitativo para que pagaran más los que más tenían.
El 24 de marzo se reúne el Congreso en Tucumán. San Martín, preocupado por la demora en sancionar la independencia dirige una carta al diputado por Cuyo, Godoy Cruz. El 9 de julio, finalmente, el Congreso declara la Independencia.
San Martín se entrevista en Córdoba con Juan Martín de Pueyrredón, nuevo Director Supremo, para solicitarle su apoyo para su plan continental. Es nombrado General en Jefe del Ejército de los Andes.
El 24 de agosto nace en Mendoza Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada. El Ejército de los Andes se instala en el campamento militar del Plumerillo.
1817
El 18 de enero el Ejército de los Andes inicia el cruce de la cordillera.
El 12 de febrero San Martín y su ejército, ya en Chile, derrotan a los realistas en Chacabuco. Dos días después San Martín entra en Santiago.
El 18 de marzo parte hacia Buenos Aires en busca de ayuda para proseguir su campaña.
1818
El 12 de febrero se proclama en Santiago la Independencia de Chile. La derrota sufrida en Cancha Rayada es superada ampliamente por el triunfo de Maipú el 5 de abril que consolida la independencia chilena.
1819
San Martín desobedece la orden del Directorio de abandonar su campaña libertadora para reprimir a los federales del Litoral.
1820
El 1º de febrero las tropas federales de Estanislao López y Francisco Ramírez derrotan en Cepeda a las fuerzas del Directorio. Desaparece la autoridad nacional y cada provincia se maneja por su cuenta.
San Martín renuncia a su cargo de jefe del Ejército de los Andes, pero es confirmado por sus propios compañeros con la firma del Acta de Rancagua. Es designado general en jefe de la Expedición al Perú.
El 20 de agosto zarpa la flota libertadora hacia Lima. El 12 de septiembre San Martín desembarca en el puerto peruano de Pisco.
1821
El 12 de julio entra con sus tropas en Lima y proclama la Independencia del Perú. Es designado Protector del Perú. El 28 de agosto suprime la esclavitud y la mita y crea la Biblioteca del Perú.
En Buenos Aires gobierna Martín Rodríguez con Rivadavia como Ministro de Gobierno.
1822
Bolívar incorpora Ecuador a la Gran Colombia. El 26 y 27 de julio se entrevistan los dos libertadores en Guayaquil. San Martín deja a Bolívar la conducción de la guerra y vuelve a Lima. Renuncia a todos los cargos y se dirige a Chile. Los EE.UU. reconocen la independencia argentina.
1823
Deja Chile y se traslada a Mendoza instalándose en su chacra de Los Barriales. El gobierno porteño, a través de Rivadavia, le niega el permiso para trasladarse a Buenos Aires y encontrarse con su familia. El 3 de agosto muere su esposa, Remedios de Escalada, a los 25 años. El 4 de diciembre San Martín llega a Buenos Aires.
1824
El 10 de febrero se embarca rumbo a Europa junto a su hija Mercedes. El 23 de abril llega a Francia donde le niegan la visa. Deberá seguir viaje rumbo a Inglaterra.
El 9 de diciembre el General Sucre gana la última y definitiva batalla por la independencia americana: Ayacucho.
En Buenos Aires se reúne un nuevo Congreso Nacional bajo la influencia de Rivadavia.
1825
Escribe las máximas para su hija que por entonces estudiaba en Londres.
1826
El Congreso reunido en Buenos Aires nombró a Rivadavia presidente de las Provincias Unidas y dicta una Constitución Unitaria, Aristocrática y Centralista que desata la oposición de todo el interior.
1827
Fracasa la experiencia unitaria de Rivadavia y es designado el federal Manuel Dorrego como gobernador de Buenos Aires.
1828
El general Lavalle da un golpe de estado contra Dorrego y lo fusila a mediados de diciembre.
1829
El 6 de febrero llega San Martín a Buenos Aires y al enterarse del fusilamiento de Dorrego decide no desembarcar y se instala por tres meses en Montevideo. El 8 de diciembre Rosas es designado gobernador de Buenos Aires.
1830
San Martín y su hija se instalan en Francia. El 17 de diciembre muere en Santa Marta (Colombia) el libertador Simón Bolívar. En casi toda Europa estallan revoluciones liberales contra el absolutismo monárquico.
1832
El 13 de diciembre su hija Mercedes se casa con el médico de la familia, Mariano Balcarce.
1838
Francia bloquea el puerto de Buenos Aires. El 5 de agosto, en una carta, San Martín le ofrece a Rosas sus servicios militares. Rosas le agradece el gesto y le pide que haga gestiones diplomáticas.
1839
Rosas nombra a San Martín ministro plenipotenciario de la Confederación Argentina ante la República del Perú.
1843
Juan Bautista Alberdi visita en Francia San Martín e intercambian ideas sobre la realidad argentina.
1845
Bloqueo anglo-francés al puerto de Buenos Aires. San Martín lo condena y vuelve a ofrecer sus servicios.
1846
San Martín le escribe a Rosas felicitándolo por el coraje demostrado por sus tropas en el combate de la Vuelta de Obligado contra las tropas anglo-francesas.
1848
Estalla en Francia el intento revolucionario de la Comuna de París contra la miseria y las malas condiciones de vida de los obreros. San Martín se traslada a Boulogne-Sur-Mer.
1850
El 17 de agosto muere en su casa a las 15 horas. En su testamento establece la donación de su sable a Juan Manuel de Rosas.
1880
El presidente Nicolás Avellaneda logra el traslado de sus restos a la Catedral de Buenos Aires.
El 25 de febrero nace José Francisco de San Martín en Yapeyú, el menor de cinco hermanos del matrimonio de Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras.
1780
El cacique José Gabriel Condorcanqui, bajo el nombre de Tupac Amaru encabeza una rebelión en el Alto Perú contra los abusos del poder español.
1781
Don Juan de San Martín regresa con su familia a Buenos Aires.
1783
La familia San Martín se traslada a España.
1784
La familia San Martín llega a Cádiz. Al poco tiempo se radican en Málaga.
1789
José de San Martín se incorpora como cadete al Regimiento de Infantería de Murcia, en España.
El 14 de julio estalla la Revolución Francesa que pondrá fin a siglos de absolutismo monárquico en Francia. Se pone fin a los privilegios de la nobleza y el clero que no pagaban impuestos y ocupaban los principales cargos en el gobierno. La Revolución se transforma en un ejemplo a imitar para los partidarios de la libertad y la justicia.
1791
Participa por primera vez en un combate, en Orán Norte de África.
Rebelión de los esclavos de Haití.
1793
Tras un intento de fuga, el rey Luis XVI es ejecutado en la guillotina.
1796
Muere su padre en Málaga. Caen los jacobinos y su líder, Robespierre, es ejecutado en la guillotina. La Revolución Francesa se torna más moderada. Comienzan las campañas y el ascenso de Napoleón Bonaparte. Alianza entre el reino de España y la República Francesa contra Gran Bretaña.
1797
Nace en Buenos Aires Remedios de Escalada, futura esposa de San Martín.
John Adams es electo como el segundo presidente de los EEUU.
1804
Napoleón es coronado Emperador.
San Martín se destaca por su valentía y coraje en Cádiz.
1806
Primera invasión inglesa al Río de la Plata al mando de William Carr Beresford.
San Martín participa en numerosos combates en Portugal y Andalucía
1807
Segunda invasión inglesa al mando de John Whitelocke. Tras la derrota de los ingleses es destituido el virrey Sobremonte y reemplazado por Santiago de Liniers, el primero y único virrey elegido por el pueblo por su notable actuación en la defensa de Buenos Aires. Napoleón invade Portugal y la corte portuguesa se traslada a Brasil.
1808
Napoleón invade España y obliga a abdicar al rey Carlos IV y a su hijo Fernando VII a favor de su hermano, José Bonaparte. El pueblo español se organiza para resistir la invasión francesa. San Martín participa activamente de la lucha. Se incorpora al Regimiento de Caballería de Borbón y es nombrado Teniente Coronel.
1809
En Buenos Aires un grupo de españoles encabezados por Martín Álzaga intenta derrocar a Liniers acusándolo, por su origen francés, de ser un agente de Napoleón. Liniers derrota la sublevación pero pocos meses después es reemplazado por un nuevo virrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros.
En el Alto Perú el pueblo se rebela contra el poder español en las ciudades de Chuquisaca y La Paz.
1810
San Martín se entera de que en su patria se ha producido la Revolución de Mayo y que hay un nuevo gobierno que se propone cambios profundos y decide volver a su patria.
En diciembre, tras la renuncia de Moreno, se forma la Junta Grande, que incorpora diputados del interior.
1811
Vicente López y Planes y Blas Parera crean el Himno Nacional Argentino.
Muere en alta mar Mariano Moreno.
San Martín solicita y obtiene el retiro del ejército español. Parte hacia Londres y desde allí se embarca hacia Buenos Aires. Cae la Junta Grande y se constituye el Primer Triunvirato integrado por Juan José Paso, Feliciano Chiclana y Manuel de Sarratea. Su secretario es Bernardino Rivadavia.
1812
San Martín llega a Buenos Aires junto a otros 17 militares americanos que habían militado en el ejército español. El 16 de marzo el Triunvirato le concede el grado de Teniente Coronel de Caballería. Crea el Regimiento de Granaderos a Caballo.
Funda junto a Carlos María de Alvear la Logia Lautaro, una organización secreta que se proponía luchar por la libertad de América. Contrae matrimonio con Remedios de Escalada. Participa en el derrocamiento del Primer Triunvirato por considerarlo impopular y centralista. Esto lo enfrentará de por vida con Rivadavia.
1813
El 3 de febrero se produce la victoria de San Lorenzo, bautismo de fuego de los granaderos.
El 3 de diciembre se lo nombra Jefe del Ejército del Norte en reemplazo del General Belgrano derrotado en Vilcapugio y Ayohuma.
Se reúne en Buenos Aires la Asamblea General Constituyente para dictar una constitución y declarar la Independencia. Estos objetivos no se logran pero la Asamblea logra aprobar los símbolos patrios, abolir los títulos de nobleza, el trabajo forzado de los indios, la destrucción de los instrumentos de tortura y la libertad de los esclavos nacidos a partir de ese año.
El 28 de marzo fallece en España su madre, Gregoria Matorras.
1814
Tras la derrota de Napoleón, Fernando VII vuelve al trono español y se propone recuperar las colonias americanas.
San martín se reúne con Belgrano en la Posta de Yatasto (Salta) y se hace cargo del Ejército del Norte. Concentra las tropas en Tucumán y encarga la defensa de la frontera Norte a Martín Miguel de Güemes a quien nombra Teniente Coronel. En mayo se deteriora su salud y se retira a Córdoba en compañía de su amigo Tomás Guido a recuperarse y preparar su plan continental: liberar a Chile y de allí embarcarse hacia el Perú y terminar con el poder realista en Lima (Perú).
En Buenos Aires, la Asamblea, dirigida por Alvear crea un poder ejecutivo unipersonal: el Directorio y es designado como primer director Gervasio Posadas, tío de Alvear, que nombra a San Martín como gobernador de Cuyo.
1815
Alvear, nombrado Director Supremo, ofrece a Inglaterra el protectorado sobre la Provincias Unidas del Río de la Plata. Todo el país se opone y se sublevan los ejércitos contra el Director que debe renunciar. San Martín rompe con Alvear y la Logia se divide entre los partidarios de uno y otro.
Napoleón es derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo.
1816
San Martín gobierna Cuyo fomentando la educación, la industria y la agricultura. Crea un sistema impositivo equitativo para que pagaran más los que más tenían.
El 24 de marzo se reúne el Congreso en Tucumán. San Martín, preocupado por la demora en sancionar la independencia dirige una carta al diputado por Cuyo, Godoy Cruz. El 9 de julio, finalmente, el Congreso declara la Independencia.
San Martín se entrevista en Córdoba con Juan Martín de Pueyrredón, nuevo Director Supremo, para solicitarle su apoyo para su plan continental. Es nombrado General en Jefe del Ejército de los Andes.
El 24 de agosto nace en Mendoza Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada. El Ejército de los Andes se instala en el campamento militar del Plumerillo.
1817
El 18 de enero el Ejército de los Andes inicia el cruce de la cordillera.
El 12 de febrero San Martín y su ejército, ya en Chile, derrotan a los realistas en Chacabuco. Dos días después San Martín entra en Santiago.
El 18 de marzo parte hacia Buenos Aires en busca de ayuda para proseguir su campaña.
1818
El 12 de febrero se proclama en Santiago la Independencia de Chile. La derrota sufrida en Cancha Rayada es superada ampliamente por el triunfo de Maipú el 5 de abril que consolida la independencia chilena.
1819
San Martín desobedece la orden del Directorio de abandonar su campaña libertadora para reprimir a los federales del Litoral.
1820
El 1º de febrero las tropas federales de Estanislao López y Francisco Ramírez derrotan en Cepeda a las fuerzas del Directorio. Desaparece la autoridad nacional y cada provincia se maneja por su cuenta.
San Martín renuncia a su cargo de jefe del Ejército de los Andes, pero es confirmado por sus propios compañeros con la firma del Acta de Rancagua. Es designado general en jefe de la Expedición al Perú.
El 20 de agosto zarpa la flota libertadora hacia Lima. El 12 de septiembre San Martín desembarca en el puerto peruano de Pisco.
1821
El 12 de julio entra con sus tropas en Lima y proclama la Independencia del Perú. Es designado Protector del Perú. El 28 de agosto suprime la esclavitud y la mita y crea la Biblioteca del Perú.
En Buenos Aires gobierna Martín Rodríguez con Rivadavia como Ministro de Gobierno.
1822
Bolívar incorpora Ecuador a la Gran Colombia. El 26 y 27 de julio se entrevistan los dos libertadores en Guayaquil. San Martín deja a Bolívar la conducción de la guerra y vuelve a Lima. Renuncia a todos los cargos y se dirige a Chile. Los EE.UU. reconocen la independencia argentina.
1823
Deja Chile y se traslada a Mendoza instalándose en su chacra de Los Barriales. El gobierno porteño, a través de Rivadavia, le niega el permiso para trasladarse a Buenos Aires y encontrarse con su familia. El 3 de agosto muere su esposa, Remedios de Escalada, a los 25 años. El 4 de diciembre San Martín llega a Buenos Aires.
1824
El 10 de febrero se embarca rumbo a Europa junto a su hija Mercedes. El 23 de abril llega a Francia donde le niegan la visa. Deberá seguir viaje rumbo a Inglaterra.
El 9 de diciembre el General Sucre gana la última y definitiva batalla por la independencia americana: Ayacucho.
En Buenos Aires se reúne un nuevo Congreso Nacional bajo la influencia de Rivadavia.
1825
Escribe las máximas para su hija que por entonces estudiaba en Londres.
1826
El Congreso reunido en Buenos Aires nombró a Rivadavia presidente de las Provincias Unidas y dicta una Constitución Unitaria, Aristocrática y Centralista que desata la oposición de todo el interior.
1827
Fracasa la experiencia unitaria de Rivadavia y es designado el federal Manuel Dorrego como gobernador de Buenos Aires.
1828
El general Lavalle da un golpe de estado contra Dorrego y lo fusila a mediados de diciembre.
1829
El 6 de febrero llega San Martín a Buenos Aires y al enterarse del fusilamiento de Dorrego decide no desembarcar y se instala por tres meses en Montevideo. El 8 de diciembre Rosas es designado gobernador de Buenos Aires.
1830
San Martín y su hija se instalan en Francia. El 17 de diciembre muere en Santa Marta (Colombia) el libertador Simón Bolívar. En casi toda Europa estallan revoluciones liberales contra el absolutismo monárquico.
1832
El 13 de diciembre su hija Mercedes se casa con el médico de la familia, Mariano Balcarce.
1838
Francia bloquea el puerto de Buenos Aires. El 5 de agosto, en una carta, San Martín le ofrece a Rosas sus servicios militares. Rosas le agradece el gesto y le pide que haga gestiones diplomáticas.
1839
Rosas nombra a San Martín ministro plenipotenciario de la Confederación Argentina ante la República del Perú.
1843
Juan Bautista Alberdi visita en Francia San Martín e intercambian ideas sobre la realidad argentina.
1845
Bloqueo anglo-francés al puerto de Buenos Aires. San Martín lo condena y vuelve a ofrecer sus servicios.
1846
San Martín le escribe a Rosas felicitándolo por el coraje demostrado por sus tropas en el combate de la Vuelta de Obligado contra las tropas anglo-francesas.
1848
Estalla en Francia el intento revolucionario de la Comuna de París contra la miseria y las malas condiciones de vida de los obreros. San Martín se traslada a Boulogne-Sur-Mer.
1850
El 17 de agosto muere en su casa a las 15 horas. En su testamento establece la donación de su sable a Juan Manuel de Rosas.
1880
El presidente Nicolás Avellaneda logra el traslado de sus restos a la Catedral de Buenos Aires.
martes, 23 de octubre de 2007
Hèroes Nacionales - Parte I " Manuel Belgrano"
MaNuEl BeLgRaNo
Si bien los textos escolares lo recuerdan como el Creador de la Bandera nacional y uno de los más importantes jefes del Ejército revolucionario, a Manuel Belgrano le cabe también una fundamental tarea en el establecimiento de las primeras instituciones educativas y culturales del país.
Nacido en el seno de una acomodada familia porteña, la del comerciante italiano Domingo Belgrano y Pérez (o Peri) y la criolla María Josefa González Casero, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano se educó en el Real Colegio de San Carlos con la mejor formación que podía encontrarse en la colonia en el último cuarto del siglo XVIII, aprendiendo junto con las primeras letras "la gramática latina, filosofía y algo de teología".
Partió luego a España, a estudiar leyes en Salamanca, Valladolid y Madrid, para recibirse de abogado, finalmente, en la cancillería de Valladolid.
Por esa época, se perfila ya como un intelectual más preocupado en los asuntos económicos que en el estudio de las leyes. En su Autobiografía, dirá: "Confieso que mi aplicación no la contraje tanto a la carrera que había ido a emprender, como en el estudio de los idiomas vivos, de la economía política y al derecho público". Estando él en España, ocurre la Revolución Francesa y el joven argentino se ve envuelto por las ideas iluministas que se desprenden de la gesta francesa: "Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le había concedido, y aun las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente."
En 1793 fue designado Secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires, un organismo con funciones económicas y técnicas, relativas al comercio y la producción. En este rol, Belgrano desarrollará una ardua actividad en la promoción de la industria colonial, de la mejora de la producción agrícola y ganadera, y de las formas de comercio.
Pero también se encuentra Belgrano en Buenos Aires con la más profunda desorganización en todas las materias que interesaban a su función, algo que lo perturbará seriamente: "Mi ánimo se abatió –dirá- y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el del común."
Orienta entonces su prédica a dotar al Virreinato de instituciones educativas (propone la creación de una escuela de matemáticas, y otras de diseño y de comercio), pero chocará con la desidia de las autoridades virreinales. No obstante, por su iniciativa nace en 1799 la Escuela de Geometría, Arquitectura, Perspectiva y Dibujo, que se fusionará poco después con la recién creada Escuela de Náutica. En el Reglamento, que redacta, Belgrano le da derechos igualitarios de educación a los indios (tanto como a criollos y españoles) y ordena cuatro vacantes para huérfanos, mostrando así las altas consideraciones sociales que se gestaron en Europa. En un discurso de 1802, Belgrano presentará sus ideas acerca de lo que esperaba de la Escuela: "...sabéis que de aquí van a salir individuos útiles a todo el Estado y en particular a estas provincias; sabéis que ya tenéis de quién echar mano para que conduzcan vuestros buques; sabéis que con los principios que en ella se enseña tendréis militares excelentes; y sabéis también que hallaréis jóvenes que con los principios que en ella adquieren, como acostumbrados al cálculo y a la meditación, serán excelentes profesores en todas las ciencias y artes a que se apliquen, porque llevando en su mano la llave maestra de todas las ciencias y artes, las matemática, presentarán al universo, desde el uno hasta el otro polo, el cuño inmortal de vuestro celo patrio."
Publica también la obra Principios de la ciencia económica-política, y se encarga de difundir en Buenos Aires los trabajos acerca del liberalismo económico de Adam Smith. Además se dedica con mucha atención al periodismo colaborando con el Telégrafo Mercantil (entre 1801 y 1802).
En 1806 se producen las primeras invasiones inglesas. El acontecimiento despertó todo el celo patriótico del joven abogado, quién encontró en la tarea de promover la independencia su más alto cometido.
Sin haber vestido nunca un uniforme, ni haber recibido instrucción, se hizo militar. Para sus lamentos, porque halló ejércitos acobardados, sin orden ni disciplina, mal armados y peor acostumbrados. Y entre los intelectuales criollos, encontró malos patriotas, que no sabían si subordinar el país al rey de España (entonces ocupada por Napoleón) o al de Inglaterra.
Sin embargo, los sucesos europeos alentaron la revolución y Belgrano protagonizará el movimiento independentista. Más tarde, recordará los sucesos de mayo de 1810 con estas palabras: "Se vencieron al fin todas las dificultades, que más presentaban el estado de mis paisanos que otra cosa, y aunque no siguió la cosa por el rumbo que me había propuesto, apareció una junta, de la que yo era vocal, sin saber cómo ni por dónde, en que no tuve poco sentimiento."
De inmediato, se lo convoca para dirigir una campaña militar al Paraguay, a fin de propagar la revolución. Y a pesar de su escasa experiencia militar, se las arregla para instituir la subordinación y el orden en las tropas, haciendo del respeto por la población civil la máxima premisa de la expedición.
Ya todos reconocen en él las virtudes comunes a muchos patriotas, como la honestidad, la probidad y la austeridad, combinadas con una particular moderación, que para muchos era signo de debilidad de carácter. Por más, su voz, marcadamente aflautada, y su poca firmeza en los ademanes y gestos, lo hicieron aparecer como impropio de la milicia. Estas percepciones ayudaran, por ejemplo, a que sea reemplazado del mando del Ejército del Norte, que debió a entregar a San Martín en 1814, luego de los desastres de Vilcapugio y Ayohuma. Para entonces, con una suerte desigual, Belgrano había comandado el ejército durante un año, demostrando su vocación patriótica de la manera más cruda, y grandes cualidades como jefe.
Ya había sucedido también el episodio de creación de la Bandera nacional, jurada por primera vez a orillas del río Paraná, en Rosario, en febrero de 1812.
A comienzos de 1815, Belgrano abandona completamente sus funciones militares y es enviado a Europa, junto a Rivadavia y Sarratea, en funciones diplomáticas. Conoce allí al célebre naturalista Amado Bonpland, y lo convence de venir a América, a estudiar la naturaleza y el paisaje de estas regiones.
También se destacará como diplomático, desarrollando una importante labor propagandística, cuya finalidad es que la revolución sea reconocida en el Viejo Continente.
Regresa al país en julio de 1816 y viaja a Tucumán para participar de los sucesos independentistas, donde tiene un alto protagonismo. Tres días antes de la declaración de la Independencia (9 de julio de 1816), declama ante los congresistas e insta a declarar cuanto antes la independencia. Propone una idea que contaba con el apoyo de San Martín: la consagración de una monarquía: "Ya nuestros padres del congreso han resuelto revivir y reivindicar la sangre de nuestros Incas para que nos gobierne. Yo, yo mismo he oído a los padres de nuestra patria reunidos, hablar y resolver rebosando de alegría, que pondrían de nuestro rey a los hijos de nuestros Incas." No obstante, la propuesta monárquica de Belgrano no prospera, dado que habían corrido rumores de que incluía la cesión de la corona a la casa de Portugal.
Más tarde, Belgrano seguirá desarrollando una ardua actividad político-diplomática: por ejemplo, será el encargado de firmar el Pacto de San Lorenzo con Estanislao López que, en 1919, pondrá fin a las disputas entre Buenos Aires y el litoral. Además, volverá a encabezar el Ejército del Norte, en el cual, gracias a la fama que gozaba entonces como jefe y patriota, será vivamente admirado por la tropa.
Aquejado por una grave enfermedad (hidropesía) que lo minó durante más de cuatro años, y todavía en su plenitud, el prócer murió en Buenos Aires el 20 de junio de 1820, empobrecido y lejos de su familia (si bien no se casó, de sus amores con una joven tucumana nació su única hija, Manuela Mónica, que fuera enviada por su pedido a Buenos Aires, para instruirse y establecerse). Culminaba así una vida dedicada a la libertad de la Patria y a su crecimiento cultural y económico. En este sentido, se destaca de Belgrano que fue el promotor de la enseñanza obligatoria que el virrey Cisneros decretó en 1810. Se destaca también su labor como periodista (después de su actuación en el Telégrafo Mercantil, creó el Correo de Comercio, que se publicó entre 1810 y 1811, y en el cual se promovió la mejora de la producción, la industria y el comercio); y como fundador de la Escuela de Matemáticas (en 1810, costeada por el Consulado), y de la Academia de Matemáticas del Tucumán, que en 1812 instauró para la educación de los cadetes del ejército.
Nacido en el seno de una acomodada familia porteña, la del comerciante italiano Domingo Belgrano y Pérez (o Peri) y la criolla María Josefa González Casero, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano se educó en el Real Colegio de San Carlos con la mejor formación que podía encontrarse en la colonia en el último cuarto del siglo XVIII, aprendiendo junto con las primeras letras "la gramática latina, filosofía y algo de teología".
Partió luego a España, a estudiar leyes en Salamanca, Valladolid y Madrid, para recibirse de abogado, finalmente, en la cancillería de Valladolid.
Por esa época, se perfila ya como un intelectual más preocupado en los asuntos económicos que en el estudio de las leyes. En su Autobiografía, dirá: "Confieso que mi aplicación no la contraje tanto a la carrera que había ido a emprender, como en el estudio de los idiomas vivos, de la economía política y al derecho público". Estando él en España, ocurre la Revolución Francesa y el joven argentino se ve envuelto por las ideas iluministas que se desprenden de la gesta francesa: "Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le había concedido, y aun las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente."
En 1793 fue designado Secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires, un organismo con funciones económicas y técnicas, relativas al comercio y la producción. En este rol, Belgrano desarrollará una ardua actividad en la promoción de la industria colonial, de la mejora de la producción agrícola y ganadera, y de las formas de comercio.
Pero también se encuentra Belgrano en Buenos Aires con la más profunda desorganización en todas las materias que interesaban a su función, algo que lo perturbará seriamente: "Mi ánimo se abatió –dirá- y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el del común."
Orienta entonces su prédica a dotar al Virreinato de instituciones educativas (propone la creación de una escuela de matemáticas, y otras de diseño y de comercio), pero chocará con la desidia de las autoridades virreinales. No obstante, por su iniciativa nace en 1799 la Escuela de Geometría, Arquitectura, Perspectiva y Dibujo, que se fusionará poco después con la recién creada Escuela de Náutica. En el Reglamento, que redacta, Belgrano le da derechos igualitarios de educación a los indios (tanto como a criollos y españoles) y ordena cuatro vacantes para huérfanos, mostrando así las altas consideraciones sociales que se gestaron en Europa. En un discurso de 1802, Belgrano presentará sus ideas acerca de lo que esperaba de la Escuela: "...sabéis que de aquí van a salir individuos útiles a todo el Estado y en particular a estas provincias; sabéis que ya tenéis de quién echar mano para que conduzcan vuestros buques; sabéis que con los principios que en ella se enseña tendréis militares excelentes; y sabéis también que hallaréis jóvenes que con los principios que en ella adquieren, como acostumbrados al cálculo y a la meditación, serán excelentes profesores en todas las ciencias y artes a que se apliquen, porque llevando en su mano la llave maestra de todas las ciencias y artes, las matemática, presentarán al universo, desde el uno hasta el otro polo, el cuño inmortal de vuestro celo patrio."
Publica también la obra Principios de la ciencia económica-política, y se encarga de difundir en Buenos Aires los trabajos acerca del liberalismo económico de Adam Smith. Además se dedica con mucha atención al periodismo colaborando con el Telégrafo Mercantil (entre 1801 y 1802).
En 1806 se producen las primeras invasiones inglesas. El acontecimiento despertó todo el celo patriótico del joven abogado, quién encontró en la tarea de promover la independencia su más alto cometido.
Sin haber vestido nunca un uniforme, ni haber recibido instrucción, se hizo militar. Para sus lamentos, porque halló ejércitos acobardados, sin orden ni disciplina, mal armados y peor acostumbrados. Y entre los intelectuales criollos, encontró malos patriotas, que no sabían si subordinar el país al rey de España (entonces ocupada por Napoleón) o al de Inglaterra.
Sin embargo, los sucesos europeos alentaron la revolución y Belgrano protagonizará el movimiento independentista. Más tarde, recordará los sucesos de mayo de 1810 con estas palabras: "Se vencieron al fin todas las dificultades, que más presentaban el estado de mis paisanos que otra cosa, y aunque no siguió la cosa por el rumbo que me había propuesto, apareció una junta, de la que yo era vocal, sin saber cómo ni por dónde, en que no tuve poco sentimiento."
De inmediato, se lo convoca para dirigir una campaña militar al Paraguay, a fin de propagar la revolución. Y a pesar de su escasa experiencia militar, se las arregla para instituir la subordinación y el orden en las tropas, haciendo del respeto por la población civil la máxima premisa de la expedición.
Ya todos reconocen en él las virtudes comunes a muchos patriotas, como la honestidad, la probidad y la austeridad, combinadas con una particular moderación, que para muchos era signo de debilidad de carácter. Por más, su voz, marcadamente aflautada, y su poca firmeza en los ademanes y gestos, lo hicieron aparecer como impropio de la milicia. Estas percepciones ayudaran, por ejemplo, a que sea reemplazado del mando del Ejército del Norte, que debió a entregar a San Martín en 1814, luego de los desastres de Vilcapugio y Ayohuma. Para entonces, con una suerte desigual, Belgrano había comandado el ejército durante un año, demostrando su vocación patriótica de la manera más cruda, y grandes cualidades como jefe.
Ya había sucedido también el episodio de creación de la Bandera nacional, jurada por primera vez a orillas del río Paraná, en Rosario, en febrero de 1812.
A comienzos de 1815, Belgrano abandona completamente sus funciones militares y es enviado a Europa, junto a Rivadavia y Sarratea, en funciones diplomáticas. Conoce allí al célebre naturalista Amado Bonpland, y lo convence de venir a América, a estudiar la naturaleza y el paisaje de estas regiones.
También se destacará como diplomático, desarrollando una importante labor propagandística, cuya finalidad es que la revolución sea reconocida en el Viejo Continente.
Regresa al país en julio de 1816 y viaja a Tucumán para participar de los sucesos independentistas, donde tiene un alto protagonismo. Tres días antes de la declaración de la Independencia (9 de julio de 1816), declama ante los congresistas e insta a declarar cuanto antes la independencia. Propone una idea que contaba con el apoyo de San Martín: la consagración de una monarquía: "Ya nuestros padres del congreso han resuelto revivir y reivindicar la sangre de nuestros Incas para que nos gobierne. Yo, yo mismo he oído a los padres de nuestra patria reunidos, hablar y resolver rebosando de alegría, que pondrían de nuestro rey a los hijos de nuestros Incas." No obstante, la propuesta monárquica de Belgrano no prospera, dado que habían corrido rumores de que incluía la cesión de la corona a la casa de Portugal.
Más tarde, Belgrano seguirá desarrollando una ardua actividad político-diplomática: por ejemplo, será el encargado de firmar el Pacto de San Lorenzo con Estanislao López que, en 1919, pondrá fin a las disputas entre Buenos Aires y el litoral. Además, volverá a encabezar el Ejército del Norte, en el cual, gracias a la fama que gozaba entonces como jefe y patriota, será vivamente admirado por la tropa.
Aquejado por una grave enfermedad (hidropesía) que lo minó durante más de cuatro años, y todavía en su plenitud, el prócer murió en Buenos Aires el 20 de junio de 1820, empobrecido y lejos de su familia (si bien no se casó, de sus amores con una joven tucumana nació su única hija, Manuela Mónica, que fuera enviada por su pedido a Buenos Aires, para instruirse y establecerse). Culminaba así una vida dedicada a la libertad de la Patria y a su crecimiento cultural y económico. En este sentido, se destaca de Belgrano que fue el promotor de la enseñanza obligatoria que el virrey Cisneros decretó en 1810. Se destaca también su labor como periodista (después de su actuación en el Telégrafo Mercantil, creó el Correo de Comercio, que se publicó entre 1810 y 1811, y en el cual se promovió la mejora de la producción, la industria y el comercio); y como fundador de la Escuela de Matemáticas (en 1810, costeada por el Consulado), y de la Academia de Matemáticas del Tucumán, que en 1812 instauró para la educación de los cadetes del ejército.
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